Tiburones en Galicia cumple ya 5 añitos. Todo un lustro dando la lata a propios y extraños sobre nuestros maravillosos e incomprendidos bichos. Lo de "dar la lata" es un decir... o tal vez no... pero no importa. Hablar de tiburones es una tarea gratificante en si misma, y además constituye una de las mejores terapias que conozco contra las principales patologías de la vida cotidiana, bien sean de orden moral, social, político, existencial, laboral, etc. (naturalmente, existen otras actividades más placenteras, como algunas en las que todas y todos estamos pensando, pero se ha demostrado que incluso éstas necesitan complementarse con otras para ganar en efectividad).
Uno se sienta delante de la pantalla del ordenador, armado con sus notas, sus libros, a veces con un café, whisky o cerveza (el agua también sirve), tal vez un poco de música... y el mundo, con todas sus miserias y ridiculeces, desaparece, las ideas comienzan a fluir y a adquirir forma mediante la escritura, hasta que felizmente, al cabo de unas horas o unos días, considera que el resultado es lo suficientemente digno como para pinchar en el botón que pone "Publicar" sin sonrojarse en exceso.
Y cuando luego ves que por ahí fuera hay gente a la que no sólo le interesa lo que publicas, sino que incluso disfruta leyéndolo, la satisfacción no puede ser más completa, lo que genera más energía, si cabe, para seguir adelante. Si empezamos el 2016 encantados (y sorprendidos) de haber cruzado la barrera de las 300 000 visitas, ya os imagináis cómo puede uno sentirse al comprobar que estamos a punto de llegar ¡¡a las 500 000!! Un sueño imposible hace 5 años por el que no puedo más que expresar mi más profunda gratitud.
Por otro lado, cada vez sois más los que se animan a participar enviándonos fotos, vídeos, avistamientos de tiburones en la costa (muy importante esto, sobre todo con las tintoreras)... lo que solo se puede calificar de una manera: un lujazo.
El 2016 vino repleto de promesas... pero también de complicaciones, como ya anunciábamos a principios de año en un resumen similar a este, lo que se tradujo en un número de artículos bastante exiguo para lo que estábamos acostumbrados: nada más que 22, una cifra por lo demás bonita. En un año tan ajetreado, las 24 horas de cada día no dieron para más. Pese a todo, pudimos actualizar varios artículos (¡dándonos cuenta, al mismo tiempo, de los que todavía nos quedan!) y emprendimos un primer intento de organizar los casi 200 que ya llevamos publicados para facilitar su localización y consulta, distribuyéndolos provisionalmente en cuatro bloques: Clasificación y diversidad, Biología, Pesca y conservación, y Documentación y archivos. Como seguro habréis advertido, todavía hay que darle a esto un buen repaso (otro compromiso para este 2017).
Un punto importante fue la inclusión de un listado visual de rayas y quimeras, que ya iba siendo hora. De este modo, el gran retrato de los Condrictios de Galicia queda al fin concluido. Los tiburones se encuentran al fin en la gran casa familiar de la aldea cálidamente arropados por todos sus parientes, desde los más lejanos hasta los más próximos, como si fuesen a celebrar las fiestas de la patrona con un gran banquete, en el que podrán incluso almorzarse los unos a los otros, siempre con la debida cordialidad y alegría.
Con Gonzalo Mucientes publicábamos al alimón, en nuestros respectivos blogs, un artículo sobre la presencia de neonatos de tintorera en aguas someras de nuestro litoral (Tintoreras en la costa gallega), con el que quisimos, en primer lugar, anunciar la salida, nada menos que en el Journal of Fish Biology, de un trabajo que firmamos junto a Rafael Bañón sobre la sorprendente presencia de neonatos y juveniles en playas y puertos de Galicia durante los últimos veranos, y en segundo, concienciar y animar a la gente a seguir informando de todos aquellos avistamientos de que tuviesen noticia, cosa que logramos, como prueba una de las imágenes que ilustra este resumen.
Para concluir el apartado referido a Galicia, recogimos en un artículo todo lo que sobre nuestros tiburones tuvo a bien escribir una de las figuras más insignes de nuestra Ilustración, el padre Sarmiento (Fray Martín Sarmiento y las mielgas), durante sus viajes por los pueblos de nuestra costa.
Como siempre nos encanta conocer tiburones de otras latitudes, y cuanto más extraños mejor, dedicamos un artículo a siete especies bastante especiales (Siete tiburones muy particulares): la cabeza de flecha (Eusphyra blochii), el tiburón picudo (Isogomphodon oxyrhynchos), la musola barbuda (Leptocharias smithii), el colayo cabezón (Cephalurus cephalus), el Trigonognathus kabeyai, todavía sin un nombre común oficial en castellano, la mielga suave (Mollisquama parini), y el lanetón (Sphyrna tiburo).
Las cuestiones biológicas han vuelto a quedarse relegadas a apenas un par de artículos sobre dos aspectos íntimamente relacionados de la morfología externa del tiburón (Aletas: Formas y funciones y Forma corporal y natación) y uno sobre la longevidad de uno de nuestros bichos más especiales, el gran Somniosus microcephalus, que parece que puede llegar a vivir 400 años, según un reciente estudio (La edad del tiburón de Groenlandia).
En cuanto a la problemática de la conservación y gestión de las poblaciones de tiburones, hablamos de los resultados de la última reunión del CITES (Resultados CITES 2016) con un cierto grado de esperanza y un mucho de escepticismo, y recogimos las preocupantes conclusiones de un trabajo, en el que participa Gonzalo Mucientes, que demuestra hasta qué extremo los grandes tiburones pelágicos como la tintorera y el marrajo se encuentran bajo el radio de acción de la flota del palangre (Tiburones oceánicos y palangreros). Asimismo, también haciéndonos eco de un estudio reciente, explicamos cómo la pesca intensiva, la contaminación y la destrucción de hábitats están transformando profundamente la estructura poblacional de diversas especies de elasmobranquios (Cambios en las poblaciones de elasmobranquios del mar del Norte). Por último hablamos de números, también preocupantes de ser ciertos, a raíz de las alarmantes conclusiones del último y polémico censo de tiburones blancos llevado a cabo en Sudáfrica (El tiburón blanco sudafricano en peligro).
Continuando con la serie dedicada a los tiburones saltarines, al fin nos centramos en el más famoso y espectacular de todos: El salto del Carcharodon carcharias.
Y por último, no podían faltar nuestros pequeños viajes en el tiempo para conocer qué decían nuestros tatarabuelos sobre nuestros bichos. De ello tratamos en dos artículos: el primero, con dos textos de 1803 y 1838, sobre la especial relación que mantienen con el pez piloto (De peces piloto y tiburones, 1803, 1838) y el segundo, publicado hace justo un siglo, sobre el fiero carácter del tiburón (Los tigres del mar (1916)), con el que cerrábamos el año.
Pintarroja descansando en la abarrotada playa de Cabío en pleno agosto a unos 4 m de profundidad. Foto de Ramón Fernández, quien tuvo además la gentileza de enviar un par de vídeos. |
Un abrazo para todos los lectores y amigos, y mis mejores deseos para este nuevo año. Que el 2017 nos sea propicio... o por lo menos que no nos deje peor de lo que estamos. ¡SALUD!
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