Diversidad, biología, evolución, ecología, pesca, conservación, evolución, con especial atención a las especies presentes en Galicia.

martes, 19 de noviembre de 2013

Claves de los Squaliformes

Quelvacho negro (Centrophorus squamosus). Foto: Oceanlab, University of Aberdeen.

Los Squaliformes son un grupo de tiburones por el que es difícil no sentir admiración. Se trata de un orden amplio y muy variado formado por alrededor de 125 especies, algunas tan conocidas como la mielga (Squalus acanthias), otras tan misteriosas y absolutamente desconocidas como muchos tiburones de aguas profundas. Se encuentran en todo tipo de hábitats, desde los estuarios y aguas someras próximas a la costa hasta las aguas más profundas y gélidas de las altas latitudes cercanas a los polos, para cuyas extremas condiciones se encuentran admirablemente adaptados.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Ataque mortal en Fisterra, 1908

Tiburón blanco (Carcharodon carcharias) en una gran fotografía de Isaías Cruz.

Ocurrió en agosto de 1908 cerca del cabo Fisterra. La víctima fue el tripulante de un vapor de la naviera británica P&O (Peninsular and Oriental Steam Navigation Company) que por motivos desconocidos se cayó al mar y acabó devorado por un tiburón que, según testimonio de los pasajeros, llevaba varios días siguiendo el barco.

Esta es es la noticia completa¹. Está fechada el 28 de agosto de 1908, pero no salió publicada hasta el 14 de octubre en el Poverty Bay Herald. La traducción, como siempre, es mía (no es muy allá, pero siempre es mejor que la de cualquier translator).
DEVORADO POR UN TIBURÓN
Londres, 28 de agosto.

Los pasajeros del vapor Arabia, de la Compañía P&O, que llegó esta semana, fueron testigos de una horrible tragedia. Un miembro de la tripulación, William Newbury, fue devorado por un tiburón. Newbury tenía 26 años de edad y estaba casado. Hacía varios días que un tiburón de gran tamaño iba siguiendo el barco. Cuando el correo se encontraba en las cercanías del cabo Finisterre se escuchó un grito de "Hombre al agua". Al instante todos sintieron un vuelco en el corazón cuando la imagen del tiburón se les vino a la cabeza.
El barco viró rapidamente y prepararon un bote. Vieron a William en el agua, nadando. Desde la cubierta observaron que se mantenía bien a flote mientras el bote iba hacia él a toda velocidad. De pronto, en el instante que hacía frente a una ola, el hombre emitió un horrible chillido. Al mismo tiempo se produjo una gran conmoción en el agua y su cabeza desapareció. El bote llegó al lugar unos instantes después, pero demasiado tarde. Las olas estaban teñidas de sangre. El feroz pez y su víctima estaban ya en las profundidades. Cómo cayó Newbury al agua es un misterio.
El Arabia siempre estuvo adscrito a la ruta de la India, pero la P&O tenía líneas regulares con la Península, con los puertos de Cádiz, Lisboa, Oporto y Vigo. Tal vez el vapor había hecho escala en alguno de ellos.

Fotografía del Arabia tomada de la extraordinaria página www.photoship.co.uk.

Disponemos de tan pocos datos que resulta imposible adivinar la especie implicada. Si confiamos en las impresiones de los testigos, lo que tenemos es un tiburón grande (al menos lo bastante como para ser tenido como tal desde la cubierta), que al parecer llevaba unos días siguiendo el barco y que en cuestión de unos minutos se abalanzó sobre el desafortunado marinero y se lo zampó sin miramientos. Es decir, un bicho muy osado e insistente... y con mucha hambre. ¿Qué tiburón podría ser capaz de una cosa así en estas latitudes? 

En otras zonas del planeta uno pensaría inmediatamente en un tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), por ejemplo, pero ¿aquí? Esta especie está citada en las Canarias, Madeira y las Azores, pero existen dos registros fiables mucho más al norte: uno nada menos que en Islandia y otro más reciente en la costa atlántica francesa, en el departamento del Charente Marítimo², además de alguna cita dudosa en las Islas Británicas. Estos últimos casos, extraordinariamente raros, fueron sin duda ejemplares extraviados que habían viajado a lomos de la poderosa corriente del Golfo. ¿Pudo haber ocurrido algo similar en 1908? Quién sabe.

En cuanto a los tiburones de aquí, ni el cailón (Lamna nasus) ni su pariente tal vez más agresivo y nervioso, el marrajo (Isurus oxyrinchus), parecen encajar en un comportamiento de esta naturaleza, por más que el primero se acerca bastante a la costa y puede incluso internarse en las rías siguiendo a sus presas y a algún pesquero. Por su parte, la tintorera (Prionace glauca), aun siendo una especie eminentemente oceánica, y por tanto curiosa y oportunista, es lo bastante cauta como para no lanzarse así como así sobre la primera cosa que se encuentra en el agua sin investigarla bien investigada.
     Solo se me ocurren dos especies capaces de hacer algo así: el tiburón oceánico (Carcharhinus longimanus) y el tiburón blanco (Carcharodon carcharias).

Me hago cargo de que lo del longimanus suena, como poco, un pelín raro. Pero antes de descartarlo pensemos en lo siguiente: primero, en aquellos años de principios del siglo XX era uno de los tiburones más abundantes del océano; segundo, su rango de temperatura es lo bastante amplio (entre 18-28ºC) como para poder permitirse una incursión veraniega en esta parte del Atlántico norte, y más si es siguiendo a una lata de comida. Por otro lado, se trata de un tiburón de hábitos oceánicos, oportunista y sumamente curioso e insistente a la hora de investigar lo que se encuentra en su camino, y muy agresivo si de lo que se trata es de comer. De hecho, ha sido protagonista de numerosos episodios similares a este. Y en cuanto a tamaño, puede superar los 3 metros y medio. Parece que semejante perfil lo convierte en sospechoso número 1.

Jaquetón océanico (Carcharhinus longimanus). Foto de Robin Baird.

En cuanto al sospechoso número 2, el gran Carcharodon carcharias, pues ya os imagináis que a primera vista es el candidato perfecto: se trata de un animal grande, que puede superar los 6 m, extraordinariamente inteligente y curioso, y desde luego un potente y eficaz depredador. Por más que su presencia en el mar de Galicia es anecdótica³, las características de nuestras aguas encajan perfectamente con sus preferencias. Ahora bien, ¿es posible que un tiburón blanco haya seguido un buque de gran tonelaje a lo largo de varios días hasta poder llevarse a las fauces algo más que restos de comida?

Evidentemente todo esto es hablar por hablar, una discusión casi bizantina a la que se le puede aplicar aquello de "tanto te digo una cosa como te digo la otra". No existe un solo argumento que pueda decantar la balanza hacia uno u otro lado, o que sirva para descartar definitivamente a cualquiera de los demás candidatos. Todo depende de nosotros, de lo que cada uno desee creer. Personalmente, las dos ideas me resultan sugerentes, seguramente más la segunda, aunque solo sea porque sería un argumento más para confirmar la presencia, siquiera esporádica, de tiburones blancos en Galicia.

Pero ¿qué opina el lector?

Punta de Fisterra (Foto Toño Maño).

El Arabia permaneció 18 años en activo. Construido en 1898 por Caird & Company Greenock, desplazaba 7903 toneladas brutas, 4167 netas y 5051 tpm en un casco de 152,32 m de eslora, 16,45 m de manga y 8,15 m de calado. Tenía una sola hélice movida por una máquina de triple expansión de 11000 ihp. Podía transportar hasta 317 pasajeros en primera clase y 152 en segunda, o bien 2500 soldados, además de diversa carga. El seis de noviembre de 1916 fue torpedeado y hundido por el submarino alemán UB43 a 112 millas al suroeste del cabo Matapan, Grecia. No hay constancia de que los supervivientes hubiesen tenido algún desafortunado encuentro con tiburones.


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¹Debo agradecer a Chris Moore el envío del recorte de prensa. 

²Este es el ejemplar de 3 m capturado en Francia en 2007.

Foto tomada de la página Sud Ouest.
³Véase ¿Hay o no hay tiburones blancos en Galicia?

jueves, 7 de noviembre de 2013

La broma macabra del nuevo finning

Imagen tomada del foro de Blogtiburones.

Parece una broma macabra, pero no lo es. La Interpol ha emitido una comunicación a todos sus miembros alertando sobre una nueva forma de finning o aleteo diseñada para sortear las leyes que lo prohíben en un creciente número de países obligando a descargar los tiburones con las aletas adheridas al cuerpo de forma natural.
Pues bien, la imagen explica con toda la crueldad del detalle en qué consiste este nuevo sistema: se trata de mantener la mínima tira de piel y espina dorsal que puedan sostener, "de forma natural", las aletas. El resto del animal se sigue devolviendo al mar. Todo muy burdo, pero sangriento y brutal.

Según explica el periódico El Comercio, del 6 de noviembre: "El caso fue descubierto por el Servicio Nacional de Aduanas de Costa Rica y fue presentado por el Jefe de la Oficina Central Nacional de Interpol (OCN) en San José en la segunda reunión del Grupo de Trabajo de INTERPOL sobre Delitos Pesqueros, que comenzó en Nairobi (Kenia) el lunes 4 de noviembre".

Esperemos que las autoridades competentes de todos los países tomen nota.

Fotografía tomada de wildlifenews.co.uk


[La información procede del Foro de Blogtiburones.]