Diversidad, biología, evolución, ecología, pesca, conservación, evolución, con especial atención a las especies presentes en Galicia.

jueves, 30 de noviembre de 2017

La memoria del tiburón

Pintarroja colilarga gris (Chiloscyllium griseum). Foto: Silke Baron, tomada de Wikimedia Commons.
Mucha gente sigue todavía creyendo que los tiburones son seres esencialmente estúpidos, dotados de un cerebro tan elemental que solo son capaces de pensar en una única cosa: triturar turistas. El que una idea así siga vigente en la mente de demasiada gente, a despecho de la cantidad de trabajos que, con radical contundencia, se han encargado de desmontarla en estos últimos años y cuyas conclusiones han aparecido en decenas de documentales y de reportajes de carácter divulgativo, a veces da para pensar si no seremos los seres humanos los que resultamos ser a veces un poco elementales, de piñón fijo, y nos cuesta deshacernos de conceptos e ideas aunque se nos demuestre que la verdad vaya por otro lado.
     La realidad es que los tiburones no solo son bichos sumamente inteligentes, sino que demuestran tener más memoria que cualquier votante medio de este país, por poner una comparación sin duda odiosa pero certera. Son capaces de almacenar bloques de información durante por lo menos un año entero y echar mano de cualquiera de ellos en el momento que lo necesiten para obtener algo que les resulta útil y beneficioso.