Diversidad, biología, evolución, ecología, pesca, conservación, evolución, con especial atención a las especies presentes en Galicia.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tiburón de clavos (Echinorhinus brucus)

(Foto: Mobulamobular)

Tiburón de clavos

Echinorhinus brucus (Bonnaterre, 1788)

(es. Tiburón de clavos; gal. Tiburón de cravos, crabudo, gravudo; in. Bramble Shark; por. Tubarao prego.)

Orden: Echinorhiniformes
Familia: Echinorhinidae

Otro de nuestros misteriosos tiburones de aguas profundas. Aunque su nombre suena a Semana Santa, el tiburón de clavos recibe su nombre porque su piel está cubierta de enormes dentículos dérmicos que parecen chinchetas, pinchos o clavos, según la imaginación de cada cual. En inglés tiene un nombre también bastante descriptivo: bramble shark, algo así como 'tiburón zarza' o, en gallego, tiburón silveira. En ambos casos me quedo con tiburón de clavos.
Vista superior de la cabeza. Las manchas blancas son los dentículos. (1)
El Echinorhinus brucus es otro de nuestros tiburones más extraños, desconocidos y, por eso mismo, fascinantes. Y también de los más esquivos. Vive en las aguas profundas del talud superior más allá de los 400 m y muy raramente asciende a la superficie. De hecho, en todo el mundo apenas existen fotografías o imágenes de ejemplares vivos (si es que realmente existe alguna), a diferencia del otro miembro de esta familia, el tiburón espinoso (Echinorhinus cookei), que sí se ha podido filmar en libertad, e incluso se le ha intentado mantener en acuario. Haced la prueba: abrís un buscador, escribís el nombre el científico y el común y veréis que, de todas las fotografías que os aparecen en pantalla, sólo un puñado corresponden realmente al E. brucus (y todas de ejemplares muertos, bien frescos, bien disecados o conservados, por eso se les ve como desmejorados, "rechumidos" como una uva pasa o como la momia de Tutankhamon). Todas las demás son del E. cookei (si la página es mínimamente rigurosa veréis su nombre científico o bien su nombre en inglés, prickly shark). Por este motivo he optado, en esta ocasión, por una ilustración en vez de una fotografía para mostraros al bicho de cuerpo entero. El dibujo es excelente y a mi modo de ver muy fiel al modelo. (2)
Ilustración de Ann Hecht (Biodiversity Explorer)
En cuanto a su presencia en Galicia, señalar que nuestro tiburón de clavos no figura en los registros de capturas accidentales de arrastreros de estos últimos años (3). Tal vez haya habido alguna captura no reportada; tal vez es reacio dejarse capturar (qué cosas) porque se encuentra más allá de la cota media de los aparejos; o tal vez haya desaparecido de nuestras aguas por completo. Es cierto que diversos estudios apuntan a que las poblaciones del Atlántico oriental han sufrido un importante declive debido a las pesquerías de aguas profundas, pero es cierto también que el número de capturas reportadas a nivel mundial no es muy elevado. Hay motivos para mantener la esperanza de que no haya sido borrado del fondo definitivamente... Agarrémonos a ellos... como a un clavo ardiendo.

Detalle de la piel con sus pinchos (Foto: Mobulamobular)
Descripción: El tiburón de clavos tiene un cuerpo grueso y cilíndrico, con la línea lateral bien pronunciada, y terminado en un morro relativamente largo y bulboso de extremo redondeado. La cabeza está aplanada dorsoventralmente. La boca es grande y arqueada; los ojos, redondeados y carentes de membrana nictitante; y los espiráculos diminutos.
Las dos aletas dorsales son muy parecidas: pequeñas (bastante más que las pélvicas) y redondeadas, y se encuentran muy juntas en posición muy retrasada, próximas a la cola. Las pectorales tienen forma trapezoidal y son también pequeñas, casi del mismo tamaño que las pélvicas. La aleta caudal termina en punta, sin lóbulo terminal; su lóbulo inferior está muy poco marcado. Al igual que los Squaliformes, orden en el que, hasta hace poco tiempo, estaba incluido, carece de aleta anal.
Como hemos señalado, lo más llamativo del E. brucus es la estructura y disposición de los grandes dentículos dérmicos que cubren su piel. Tienen aspecto de chincheta o de espina: son de base ancha y estriada con una punta cónica de color blancuzco. Pueden tener hasta 10 mm de altura. Están distribuidos de forma extremadamente irregular a lo largo de todo el cuerpo: pueden aparecer aislados o formando grupos de entre 2-10 formando con sus anchas bases placas de hasta 25 mm de diámetro. Al parecer, en la piel de los ejemplares frescos se aprecia una gruesa capa de mucus que desprende un olor asqueroso.
Su librea varía de un tono grisáceo oscuro a pardo rojizo con reflejos amarillentos a cobrizos en todo el cuerpo, aunque la superficie ventral puede llegar a ser más clara o blanquecina. Los bordes de las aletas son oscuros.

(Imagen tomada de armacao.exblog.jp)
Dentición: Isomorfismo dentario: dientes de base ancha y alta en ambas mandíbulas, con una cúspide principal grande y abatida y de 2 a 3 cuspidillas secundarias en el borde interno, y 0-2 en el externo. Los dientes de los ejemplares jóvenes carecen de estas cuspidillas. De 10 a 14 dientes por hemimandíbula.

Talla: La longitud total máxima registrada ha sido de 310 cm. Según Compagno, al nacer miden entre 40-50 cm. Los machos llegan a la madurez sexual a partir de los 150 cm y las hembras, entre 200-220 cm, aunque datos más recientes establecen 187 cm y 189 cm respectivamente (ver punto siguiente).

Reproducción: Disponemos de pocos datos. Lo único que hasta ahora sabíamos es que se trata de una especie vivípara aplacentaria (ovovivípara), con camadas de entre 15 y 26 crías.
Sin embargo, un reciente estudio (4) sobre especímenes capturados por pesqueros en el sudeste del mar de Arabia entre los 200-1200 m acaba de aportar los datos más exactos y fiables hasta ahora (dado el elevado número de ejemplares examinados) sobre la biología reproductiva de la especie. Las camadas oscilan entre las 10-36 crías, que al nacer miden entre 42-46 cm. Los embriones parece que se alimentan exclusivamente del contenido del saco vitelino; una vez agotado, se produce el parto.
Otro dato sumamente interesante es el referido a las tallas de madurez sexual de machos y hembras: 187 cm y 189 cm respectivamente, que, como se ve, difieren sustancialmente respecto a las establecidas tradicionalmente, sobre todo las de los machos.
La presencia de hembras grávidas a lo largo de todo el año parece descartar un ciclo reproductivo estacional.
Parece existir algún tipo de segregación sexual.
Detalle caudal, pelvianas y dorsales
(Foto: Mobulamobular)
.
Como ocurre con otros tiburones de aguas profundas, es más que probable que su tasa reproductiva sea baja en extremo (lento crecimiento, ciclo reproductivo largo, baja natalidad...), lo cual convierte a esta especie en extremadamente vulnerable a cualquier tipo de explotación pesquera.

Dieta: Diversa. A base de pequeños peces óseos y tiburones bentónicos y demersales como la mielga (Squalus acanthias), y también crustáceos y cefalópodos del fondo.

Hábitat y distribución: Tiburón demersal de aguas profundas de la plataforma y el talud continental entre los 200-1200 m, con preferencia a partir de los 400 m. En ocasiones puede aproximarse a la superficie en aguas de gran calado alejadas de la costa, en zonas de afloramiento.

(Fuente: Wikipedia)
El tiburón de clavos parece tratarse de una especie relativamente común aunque poco frecuente; aparentemente común en el Atlántico oriental en particular desde el mar del Norte hasta Portugal. Por lo demás, su distribución es fragmentaria, dispersa en aguas templadas e incluso tropicales del Atlántico oriental, zonas del Atlántico occidental, Mediterráneo e Indopacífico occidental.

(Foto: M. Harris, The Fish Map.com)
Pesca y estatus: Poco o nulo valor comercial excepto por el aceite de su gran hígado (sobre todo en Sudáfrica, donde se usa en la medicina tradicional). Su carne se utiliza para pienso.

Normalmente los tiburones de clavos forman parte de las capturas accidentales de las pesquerías de aguas profundas, arrastre y palangre. Puede considerarse como una especie rara, se especula que tal vez porque su hábitat sea más profundo que la cota habitual de pesca; si bien, como explicamos, es muy posible que durante las últimas décadas las poblaciones del Atlántico oriental hayan sufrido una disminución importante debido a este tipo de pesca. Quero (5) refiere que la especie prácticamente ha desaparecido del golfo de Vizcaya junto con otras como el angelote (Squatina squatina). Por otro lado, el avance de las pesquerías de aguas profundas a la captura de especies como los quelvachos (Centrophorus spp.) en otras partes del mundo como la India o mar de Arabia están sacando a la luz la presencia de grandes poblaciones de Echinorhinus, que están cayendo en grandes números como capturas accidentales.
A pesar de todo, dado que los datos sobre sus poblaciones son todavía insuficientes, el Echinorhinus brucus figura en la Lista Roja de la IUCN con el estatus de En peligro.

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(1) Ejemplar capturado en la India. La foto está tomada de R. Thangavelu et al. (2009), Rare ocurrence of the bramble shark Echinorhinus brucus (Bonnaterre, 1788) along the Veraval coast. Marine Fisheries Information Service T&E Ser., No. 202, p. 17.
(2) Al menos a mi me gusta más que esta:
Foto de Mohammad M. Khan, tomada de FishBase.
(3) Mi agradecimiento a Gonzalo Mucientes y a Juan Santos, del IEO de Vigo, por la información.
(4) K. V. Akhilesh, K. K. Bineesh, W. T. White, C. P. R. Shanis et al. Catch composition, reproductive biology and diet of the bramble shark Echinorhinus brucus (Squaliformes: Echinorhinidae) from the south-eastern Arabian Sea. Journal of Fish Biology, ag. 2013,pp. 1-14. DOI: 10.1111/jfb.122.01
(5) "Este tiburón comúnmente capturado en el siglo XVIII era bastante abundante en aguas del País Vasco en 1881 (Moreau, 1881). Roché (1883) escribió que muy raramente se pescaba. En el siglo XX sólo seis ejemplares se registraron en el golfo de Vizcaya: en 1903, 1948, 1968 (2 especímenes), 1970 y por último en 1981." Jean-Claud Quero. "Changes in the Euro-Atlantic fish species composition resulting from fishing and ocean warming". Italian Journal of Zoology, 65 (suplemento 1), 1998, p. 494.


martes, 20 de noviembre de 2012

El sistema circulatorio de los tiburones

Espectacular ilustración del sistema circulatorio de una mielga (Squalus sp.) realizada por una extraordinaria dibujante, Jacqueline Rae, cuya página os invito a visitar. Arterias a la izquierda, venas a la derecha. Indico sólo algunos de los órganos citados en el post: 4) arteria branquial aferente; 5) aorta ventral; 6) arteria branquial eferente; 7) aorta dorsal; 13) aorta dorsal paralela; 14) cono arterial; 16) ventrículo; 17) aurícula; 18) seno venoso; 38) vena lateral abdominal.

Circuito aves
y mamíferos
(fuente: bioserv.fiu)
1. El circuito sanguíneo.
El sistema circulatorio de los mamíferos consta de un circuito doble: la sangre carboxilada (cargada de dióxido de carbono) entra en el corazón procedente de los diferentes órganos y tejidos corporales para ser bombeada, a través de las arterias pulmonares, hacia los pulmones. Una vez oxigenada, la sangre retorna al corazón a través de las venas pulmonares, y de ahí parte hacia hacia todos los rincones del cuerpo para el reparto del oxígeno y la recogida de dióxido de carbono, antes de volver de nuevo al corazón iniciando un nuevo ciclo. 

El corazón de un tiburón (earthlife.net)
En cambio, el sistema circulatorio de los tiburones, como el de los demás peces, es simple; es decir, consta de un único circuito sanguíneo en el que la sangre entra una sola vez en el corazón por cada vuelta. El corazón, situado en la zona ventral de la cabeza, debajo de las branquias, es tubular y tiene forma de S alargada. Consta de un seno venoso, una aurícula, un ventrículo y un cono arterial. Las válvulas de sus cámaras hacen que la sangre circule en sentido caudal-rostral impidiendo cualquier flujo de retorno. 
Circuito peces
(fuente: bioserv.fiu)
El corazón bombea la sangre cargada de CO2 hacia las branquias para su oxigenación. La sangre viaja a través de la gran arteria principal, la arteria aorta ventral, que se ramifica en tantos conductos como aberturas branquiales tiene el pez (entre 5 y 7), las arterias branquiales aferentes; cada ramificación, a su vez, irá subdividiéndose hasta convertirse en diminutos vasos de paredes muy finas, los capilares, donde se producirá el intercambio gaseoso (ver Sistema respiratorio).

Los capilares, una vez realizada la recarga de oxígeno, van confluyendo en vasos cada vez mayores que van a desembocar en las arterias branquiales eferentes que, finalmente, confluyen en el otro gran vaso, la aorta dorsal. Ésta recorre la cavidad general del cuerpo y va ramificándose progresivamente para transportar la sangre rica en oxígeno hacia los diversos órganos y tejidos y recoger el CO2. La sangre regresa entonces al seno venoso del corazón reiniciando el circuito. Puede decirse, consecuentemente, que el corazón sólo es atravesado por sangre venosa.

2. Sangre fría y sangre caliente.
En la mayoría de especies, el calor generado por la actividad muscular y los distintos procesos metabólicos se transfiere desde la superficie corporal y, muy especialmente, desde la zona branquial, hacia el agua circundante y se pierde irremediablemente. Son ectotermos, de sangre fría. Otros tiburones, por el contrario, mediante un sistema que veremos a continuación, son capaces de retener este calor haciendo que su temperatura corporal sea más elevada que la del medio; es decir, son endotermos, de sangre caliente, como las aves y nosotros mismos, los mamíferos.
Sin embargo, a diferencia de nosotros, los tiburones no son capaces de regular su temperatura corporal para que se mantenga siempre constante, por ejemplo controlando su metabolismo para quemar más o menos moléculas energéticas como las grasas en función de las necesidades de temperatura. Dicho de otro modo: no son homeotermos, sino poiquilotermos (su temperatura fluctúa con la del medio): por más que sean capaces de retener calor, su temperatura interna de algún modo aumenta o disminuye de acuerdo con la temperatura del agua.
Para poner orden en esta danza de palabrejas: hay tiburones de sangre fría (ectotermos), y hay tiburones de sangre caliente (endotermos), pero todos ellos son poiquilotermos.

3. La rete mirabile.
Como acabamos de ver, determinadas especies de tiburones como los lámnidos (tiburón blanco, marrajos y cailones) y uno de los alópidos (el zorro, Alopias vulpinus), así como otros grandes peces como los túnidos, puede decirse que son de sangre caliente. Todos ellos tienen en común el ser potentes nadadores. Y ya se sabe que la eficiencia de los músculos aumenta con la temperatura.
Estas especies han logrado desarrollar un mecanismo con el que logran evitar la pérdida del calor generado dentro de su cuerpo. Se trata de una sofisticada modificación de su sistema circulatorio denominada rete mirabile —‘red maravillosa’— que les permite dirigir la sangre de las arterias laterales hacia el interior del cuerpo. Consiste en una red especial de vasos formada por intrincadas capas de arterias y venas de curso paralelo dispuestas entre las fibras rojas de un paquete muscular lateral (ver La musculatura del tiburón). En esta red se produce un intercambio de calor según el principio de contracorriente: venas y arterias se encuentran muy próximas entre si, transportando la sangre en direcciones opuestas: la sangre fría arterial procedente de las branquias se calienta por convección al contacto con la sangre venosa caliente que circula, en sentido contrario, procedente del interior corporal. De este modo el calor retorna a los músculos y órganos que lo generaron.

Corte transversal del cuerpo de un tiburón blanco (Carcharodon carcharias) a la altura de la dorsal. Los dos bandas oscuras son los paquetes de musculatura roja que contiene la rete mirabile. (Foto: Francis G. Carey)(1)
A consecuencia de ello, estos tiburones son capaces de mantener una temperatura corporal hasta 13ºC por encima de la del agua circundante. La endotermia les confiere la ventaja selectiva de un metabolismo general más elevado y, por tanto, de un mayor rendimiento muscular para alcanzar mayores velocidades (se dice que un incremento de 10ºC en la temperatura corporal puede triplicar la potencia de los músculos) y, al mismo tiempo, colonizar ambientes de aguas más frías. El inconveniente es que el metabolismo elevado requiere un mayor y más frecuente consumo de energía [pero véase el post Ventajas de la endotermia]

Corte transversal aumentado de la musculatura roja de un cailón (Lamna nasus) en el que se aprecia como las arterias, de paredes gruesas, se disponen rodeando las venas, de paredes más finas. (Foto: Francis G. Carey) (2)
Un caso extremo de endotermia, mejor dicho, de especialización en la endotermia, es el de un pariente muy próximo de nuestro cailón, el cailón salmonero (Lamna ditropis), que habita las frías aguas del Pacífico norte. Un estudio realizado en 2004 (3) sobre individuos capturados en el golfo de Alaska reveló que el interior de su cuerpo suele estar a unos 26ºC, lo cual, comparados con los 5-8ºC del agua, arroja un gradiente de récord. Otro dato sorprendente es que el rendimiento óptimo de su musculatura roja (musculatura aerobia que los tiburones emplean para la natación constante) se produce sólo cuando alcanza un elevando rango de temperaturas, entre 20-30ºC, lo cual lo asemeja sobremanera a la musculatura roja de los mamíferos (4). Por debajo de estas cifras su rendimiento se desploma de forma espectacular: a 10ºC por encima de la temperatura ambiente el rendimiento cae al 25-50%. En cambio, la musculatura blanca (musculatura anaerobia que sólo se utiliza para alcanzar súbitas puntas de velocidad) no tiene ese grado de dependencia térmica, su funcionamiento es correcto en un amplio espectro de temperaturas.

Cailón salmonero atrapando un salmón en Alaska (Foto: Scot Anderson, Hopkins Marine Station, Stanford University).
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(1) y (2) Ambas imágenes tomadas de Richard Ellis & John E. McCosker. Great White Shark. Stanford: Stanford University Press, 1991, p. 77.
(3) Diego Bernal, Jeanine M. Donley et al. (2005) "Mammal-like muscles power swimming in a cold-water shark". Nature 437, 1359-1352. (Abstract aquí.)
(4) La musculatura roja del cailón salmonero se encuentra dispuesta a lo largo de la columna vertebral, es decir, en lo más profundo del cuerpo, donde está más y mejor aislada de las gélidas aguas del mar, como se muestra en este esquema:

Las isotermas muestran el valor medio de dos individuos de 216 y 222 cm (FL) con una masa de 140 y 160 kg. El diagrama b representa el corte transversal realizado justo en el inicio de la primera dorsal: vr: vértebra; vc: cavidad visceral. Las dos zonas punteadas señalan la posición de la musculatura roja. La superficie externa está a la misma temperatura del agua circundante, 8,5ºC. (Fuente: Nature.)
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domingo, 18 de noviembre de 2012

Los ancestros del tiburón blanco

Detalle de la mandíbula del Carcharodon hubbelli (foto: Jeff Gage, FLMNH)
La cuestión del origen del tiburón blanco (Carcharodon carcharias) ha sido tradicionalmente objeto de controversia entre los científicos. A grandes rasgos, son dos las posturas enfrentadas: por un lado, la de quienes defienden que su línea evolutiva arranca en los grandes tiburones megadentados como el famoso megalodón (Carcharocles megalodon); por otro, la de aquellos que sostienen que procede de un grupo de especies de tamaño muy inferior, los marrajos prehistóricos de dientes anchos (gen. Isurus). Trazar las líneas evolutivas de las especies actuales resulta particularmente difícil, puesto que la inmensa mayoría de los restos que nos han llegado de tiburones prehistóricos son dientes. Y a partir de ellos los paleontólogos reconstruyen lo que debió ser la criatura original sobre la base del diseño y estructura corporal de los tiburones actuales. No es extraño, por tanto, que las discrepancias y constantes revisiones de géneros y especies sean habituales.
El lugar del hallazgo (foto: FLMNH)

Pero llegamos al año 1988, cuando un paleontólogo aficionado descubre en la formación Pisco, un espectacular yacimiento de fósiles en el suroeste de Perú, un fósil de tiburón excepcionalmente bien conservado, con sus mandíbulas, sus 222 dientes todavía bien ubicados en su lugar original (esto es importantísimo), y hasta 45 vértebras. Pocos días después, el espectacular hallazgo pasa a manos de Gordon Hubbell, quien, consciente de su importancia, lo adquiere para su propia colección.

Dana J. Ehret con el C. hubbelli (Foto: Jeff Gage, FLMNH).
La investigación da sus frutos, y en 2009 aparece la correspondiente publicación, firmada por el Dr. Dana J. Ehret en la revista Journal of Vertebrate Paleontology (1) y en la que Gordon Hubbell figura como coautor. Los autores descubrieron en el fósil caracteres propios del tiburón blanco (Carcharodon carcharias), como por ejemplo los dientes de bordes finamente aserrados, pero también de los marrajos actuales (género Isurus), como la forma y disposición de los dientes. Lo que parecía evidente era que se trataba de un antecesor del tiburón blanco, y así lo adscribieron al género Carcharodon bautizándolo provisionalmente como Carcharodon sp. El estudio con isótopos de oxígeno de los anillos vertebrales reveló que el animal tendría alrededor de uno 20 años en el momento de su muerte; mientras que el análisis de los dientes y vértebras arrojó una talla estimada de  480-507 cm de longitud, como mínimo, lo cual concuerda con las datos de los tiburones blancos actuales.

Finalmente, esta misma semana pasada, tres años después, hemos conocido la solución del enigma: una importantísima novedad paleontológica que puede ayudar a esclarecer, tal vez definitivamente, el origen del tiburón blanco: la publicación en la revista Paleontology del artículo "Origin of the white shark Carcharodon (Lamniformes: Lamnidae) based on recalibration of the Upper Neogene Pisco Formation of Peru", firmado igualmente por Dana J. Ehret y Bruce MacFadden, entre otros. (2)

Diente de I. hastalis (Phatfossils.com)
Diente de tiburón blanco actual (Wikipedia)
El fósil ha sido bautizado como Carcharodon hubbelli, en honor a Gordon Hubbell, la persona que se hizo con él (y que lo ha donado al Museo de Historia Natural de la Universidad de Florida). Y para resumir un poco la cuestión, los datos del depósito donde fue encontrado indican que vivió hace aproximadamente unos 6-9 millones de años, a finales del Mioceno; y lo más importante, que constituye un estadio intermedio en la evolución del tiburón blanco... a partir de los marrajos prehistóricos de dientes anchos. Es decir, de megalodón, nada de nada. El diseño y estructura de los dientes de ambas especies son demasiado diferentes como para tratarse de parientes de tal proximidad (de hecho, el megalodón fue reubicado en un género distinto: de Carcharodon megalodon pasó a llamarse Carcharocles megalodon). En cambio, los dientes del antecesor de los modernos marrajos, el Isurus hastalis, también conocido como Cosmopolitodus hastalis, que vivió hace 9-10 millones de años, sí son idénticos a los del Carcharodon hubbelli, excepto por sus bordes, que son lisos, no finamente dentados. A diferencia del marrajo actual (Isurus oxyrinchus), cuyos dientes son de cúspides altas y estrechas, los dientes del I. hastalis son anchos, triangulares.
Diente de C. megalodon (arizonaskiesmeteorites.com)

Diente de marrajo actual (Isurus oxyrinchus)
Por otro lado, la transición desde el Carcharocles megalodon hasta el Carcharodon carcharias exigiría cambios drásticos no sólo en el tamaño corporal (desde los aproximadamente 16-20 m a los 6 m de longitud de la actualidad), sino también en la estructura de los dientes (forma, grosor, esmalte). En cambio, la evolución desde el Isurus prehistórico apenas supone la adquisición del borde dentario aserrado y una pequeña modificación en la inclinación de algunos dientes. Todo parece así, pues, más natural.

Pero el debate no está del todo cerrado. Habrá que estar pendientes.

Tiburón blanco fotografiado en Guadalupe (Foto: Jorge Cervera Hauser).
______________________
(1) Dana J. Ehret, Gordon Hubbell & Bruce J. MacFadden. (2009), "Exceptional Preservation of the White Shark Carcharodon (Lamniformes, Lamnidae) from the Early Pliocene of Peru". Journal of Vertebrate Paleontology 29(1): 1-13. Abstract.
(2) Dana J. Ehret, Bruce J. MacFadden, et al. (2012), Paleontology, 55: 1139-1153. Abstract.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

La pesca insostenible subvencionada


     Este artículo no trata exactamente sobre tiburones, sino sobre tiburones y sobre todas aquellas especies marinas que son objetivo directo o indirecto de la pesca industrial, víctimas de un inmisericorde saqueo subvencionado.
     La situación general de un amplio porcentaje de los stocks pesqueros es sumamente grave tanto desde el punto de vista más puramente conservacionista como desde el más puramente económico, si es que lo uno puede tomarse en consideración al margen de lo otro. Cada vez es más obvio que conservación y economía son parte del mismo problema, como el anverso y el reverso de una hoja.
     Es más que nunca necesario que conozcamos lo que está ocurriendo, en el mar y en los despachos de quienes supuestamente cobran para defender el interés general, que es el nuestro. La cuestión puede resumirse en tres puntos:
  • La mayor parte de las pesquerías, europeas y mundiales, o se encuentran al nivel máximo de explotación, o están directamente sobreexplotadas.
  • Las administraciones públicas dilapidan anualmente miles de millones de dólares en subvencionar a un sector, el de la pesca industrial, que cada vez es menos rentable (unos cuartos, recordémoslo una vez más, que proceden del contribuyente).
  • Centrándonos en lo de aquí, los representantes políticos europeos no están por la labor de tomarse en serio el problema para intentar arreglarlo. Al contrario, en una huida hacia delante se empeñan, a pesar de las evidencias en contra, en mantener un sistema de subvenciones millonarias que solo se puede calificar de suicida, incumpliendo además gravemente la legislación europea e internacional. Es más que evidente que los ministros y secretarios de pesca de la UE están vergonzosamente sometidos a los intereses cortoplacistas de los grandes armadores. De hecho, todas las políticas pesqueras comunitarias (subvenciones, reparto de cuotas, etc.) favorecen descaradamente los intereses de esta gente en detrimento de la pesca artesanal.
Puerto de Riveira (fuente: EFE, a través de El Mundo)

1) La pesca industrial no es un sector rentable.
La pesca industrial se mantiene en pie exclusivamente gracias a que las diferentes administraciones públicas no dejan de inyectar, una y otra vez, impune y machaconamente, cantidades multimillonarias de dinero público.
     En un contexto de crisis, de recortes criminales de derechos justificados en un supuesto "saneamiento" de la economía, este despilfarro resulta doblemente grave y patético. Se entierran, literalmente, cantidades inimaginables de dinero público en una actividad condenada al fracaso en lugar de emplearlos en la recuperación y desarrollo de un sector que, si hubiese voluntad política, podría ser perfectamente sostenible y rentable, y que además podría aportar a la sociedad la creación de varias decenas de miles de puestos de trabajo más que el sistema actual. Hablamos de la pesca artesanal. Y esto no es opinión: son cifras.

2) Pérdidas multimillonarias de dinero público.
Según un estudio¹ del Banco Mundial y la FAO (como sabéis, peligrosas organizaciones de extrema izquierda dirigidas por hordas de furibundos ecologistas), titulado The Sunken Billions: The Economic Justification for Fisheries Reform, a nivel mundial la pesca pierde anualmente alrededor de 50 000 millones de dólares... y se trata, según sus propias palabras, de "una estimación conservadora", puesto que no tiene en cuenta factores como la pesca deportiva, la industria del turismo marino, o el devastador alcance de la pesca ilegal. Las pérdidas de las tres últimas décadas suman ya más de 2 mil millones de dólares... perdidos en la mar serena.

3) Causas: sobrepesca, ineficacia y mala gestión. 
Según datos de la FAO, el 75% de las poblaciones mundiales de peces se encuentran totalmente explotadas o sobreexplotadas. Y se calcula que el 90% de los stocks evaluados en aguas europeas están sobreexplotados.
Cito literalmente la nota de prensa² en español (con leísmos y todo) emitida por la FAO y el Banco Mundial anunciando la publicación del citado estudio:
[...] la mayor parte de las pérdidas se produce principalmente de dos formas.
En primer lugar, las reservas de peces agotadas significan que hay menos peces para capturar, y por lo tanto, el coste de encontrarles y capturarles es mayor de lo que debiera. Segundo, la sobrecapacidad de la flota significa que los beneficios económicos de la pesca se desperdician debido a las inversiones y costes de operación excesivos.
En cuanto al exceso de capacidad pesquera:
La construcción de flotas pesqueras, el despliegue de tecnologías pesqueras cada vez más potentes y el incremento de la contaminación y la pérdida de hábitat ha llevado al agotamiento de las poblaciones de peces en todo el mundo. Las capturas marinas mundiales han permanecido estancadas durante la última década [...]. Mientras tanto, la productividad de las pesquerías -medida en términos de capturas por pescador o por barco de pesca- se ha reducido, incluso si la tecnología pesquera ha avanzado y el esfuerzo de pesca se ha incrementado.
Dicho de otro modo: a mayor esfuerzo pesquero, menores capturas. Aun contando con buques mucho más potentes, más modernos, dotados de tecnología más avanzada, con mayor capacidad y autonomía, las capturas siguen reduciéndose. ¿Hace falta explicarlo más? Esto se traduce en improductividad e ineficacia:
El exceso de flotas compitiendo por unos recursos pesqueros limitados resulta en el estancamiento de la productividad y la ineficacia económica.
(Fuente: Knowledge.Alliance.com, a través de The Fisheries Blog).
4) Las autoridades públicas locales y europeas colaboran de forma mezquina en el empeoramiento de la situación, cuando su tarea debiera ser justamente la contraria, la de proteger un bien público del que depende la vida de todos los contribuyentes: aquellos que dependen económicamente del mar para subsistir y los que simplemente desean disfrutar de un océano en las mejores condiciones. Las diversas administraciones locales, regionales, nacionales y europeas han construido una serie de fondos para cubrir las inmensas pérdidas del sector (es decir, para subvencionar esta carrera frenética para terminar los recursos marinos), como por ejemplo el Fondo Europeo para la Pesca, que disfrazan de ayudas para la remodelación de la flota, modernización, desguace, combustible, cierres de pesquerías, etc.
     El último caso: el 10 de octubre pasado la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo apoyó una serie de enmiendas sobre el nuevo Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP) que en el periodo 2012-2020 otorgará todavía más subvenciones para "construir nuevos buques y modernizarlos, así como subvencionar nuevos motores, lo que aumentará la presión sobre stocks que ya sufren sobrepesca."³ En palabras de Xavier Pastor, Director Ejecutivo de Oceana Europa:
"La Comisión de Desarrollo Regional ignora abiertamente las peticiones de eliminar las subvenciones dañinas para el medio ambiente procedentes de pescadores y de organismos como la Comisión Europea y el Tribunal de Cuentas. Al reintroducir subvenciones eliminadas hace 10 años, estos europarlamentarios han echado por tierra cualquier intento de reformar la política de subvenciones pesqueras de Europa".
...Y finalmente, el 24 de octubre, el Consejo Europeo de Ministros de Pesca ratifica los objetivos del FEMP, de esta forma convirtiéndose, de facto, en un organismo al servicio de los armadores, no del interés general:
El resultado de las negociaciones que dieron comienzo el lunes en Luxemburgo se encuentra recogido en el texto de compromiso. De acuerdo con este documento, los ministros abogan por mantener las subvenciones para nuevos motores de buques, desguaces y paralizaciones temporales, que habían sido excluidas por la Comisión Europa en su propuesta inicial dado el mal uso que los Estados miembros habían hecho de las mismas [el subrayado es mío].
5) Con este tipo de políticas, por llamarlas de alguna manera, la Unión Europea incumple flagrantemente la legislación internacional en materia de sostenibilidad de los recursos marinos. En concreto, nada menos que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
     Efectivamente, la UNCLOS establece la obligación legal de conservar o devolver las poblaciones de peces a un nivel capaz de producir un rendimiento máximo sostenible. Y además existe una fecha límite para el cumplimiento de la le, fijado por el Plan de Implementación de Johannesburgo 2002 para el año 2015.
     Pues bien. Al menos en Europa esto no será así. Un estudio dirigido por el Dr. Rainer Froese (Instituto Leibniz de Ciencias del Mar y, entre otras cosas, coordinador de FishBase), titulado Rebuilding fish stocks no later than 2015: Will Europe meet the deadline? (2010) ['Recuperación de las poblaciones de peces antes del 2015: ¿Cumplirá Europa con los plazos?'] concluye lo siguiente:
  1. Si la presión pesquera continúa como hasta ahora, el 91% de los stocks europeos quedarán por debajo del objetivo fijado.
  2. Si los ministros de pesca europeos quisiesen tomarse en serio sus obligaciones, tendrían que reducir drásticamente la presión pesquera y detener por completo la pesca de determinadas especies.
  3. Aun cumpliéndose el punto anterior, el 22% de los stocks están tan agotados que no se podrán recuperar antes del 2015.
  4. De seguir esta tendencia actual, a Europa le harán falta más de 30 años más, a partir del 2015, para poder cumplir con lo establecido en la ley.
Y la conclusión final es demoledora:
Desde el punto de vista legal, la reiterada puesta en marcha de planes de gestión incapaces de conservar o devolver los stocks al nivel de rendimiento máximo sostenible constituye una violación del principio de precaucióndel Derecho Comunitario Europeo.
Señala este estudio de forma explícita que "la falta de voluntad política es una de las principales causas del no cumplimiento de la legislación".


6) ¿Hay futuro para la pesca?
Pues si. Haberlo haylo, pero hay que tener ganas y valentía para buscarlo. Motivos no faltan: se dice que por cada puesto de trabajo en el mar se crean 3 en tierra.
     Todos los estudios e informes científicos coinciden en que es posible... y deseable, porque los beneficios económicos de una pesca sostenible sobre unas poblaciones de peces bien recuperadas son sencillamente espectaculares.
     El pasado 14 de febrero el periódico El Mundo recogía bajo el elocuente titular "La sobrepesca hace perder 100.000 empleos y 3.200 millones de euros" las conclusiones de un estudio sumamente esclarecedor de la New Economics Foundation, Jobs Lost at Sea, sobre los beneficios que traería la recuperación de 43 de las más de 150 poblaciones de peces en Europa. Veamos esas cifras:
  • La mala gestión está reduciendo los puestos de trabajo y los beneficios del sector. La UE está obteniendo mucho menos de sus poblaciones de peces que si éstas recuperaran un buen estado de salud y fueran gestionadas de forma sostenible.
  • Restaurar esas 43 poblaciones hasta su Rendimiento Máximo Sostenible generaría 3,54 millones de toneladas adicionales de desembarques, "suficiente para satisfacer la demanda anual de pescado de casi 160 millones de ciudadanos de la UE". 
  • El coste de restauración de estas pesquerías es de 3200 millones de euros para todos los países. Pero su valor sería de 1800 millones de euros por año para la UE-27, casi el triple del total de las subvenciones destinadas a la pesca.
  • Se podrían crear hasta 100 790 nuevos puestos de trabajo, de los que cerca de 83 000 irían en beneficio de la UE-27, lo que supone el 31% más de los actuales.
  • El valor de las capturas podría incrementarse hasta en un 81% para la UE-27.

     Sólo hay que tener valentía y ganas... Y si no las hay, somos los contribuyentes quienes debemos exigir a nuestros supuestos representantes que las tengan. Nos jugamos mucho en ello.

[Ver La pesca insostenible subvencionada (II) y La pesca insostenible subvencionada (III).]

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¹Publicado en 2008, 'Los miles de millones hundidos: Justificación económica para una reforma de las pesquerías'.
²Nota de prensa nº 2008/104/SDN, "La Pesca Marina Pierde Cada Año 50 000 Millones de Dólares. Un Nuevo Informe del Banco Mundial y la FAO Denuncia 'Los Millones Hundidos'"
³Oceana. Nota de prensa del 11 de octubre de 2012.
y Oceana. Nota de prensa del 24 de octubre de 2012.
Podéis descargarlo desde esta página.
Este principio es el que da respaldo legal a la adopción de medidas de protección, en este caso de las poblaciones de peces, en base a sospechas fundadas de que pueden encontrarse en peligro.
Ver artículo. Vale la pena.
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viernes, 9 de noviembre de 2012

El sistema respiratorio de los tiburones

Detalle de la boca de un peregrino (Cetorhinus maximus) mostrando los arcos branquiales (Captura de un video de la BBC).
1. Los órganos de la respiración. Como todos los peces, para respirar los tiburones extraen el oxígeno disuelto en el agua y lo transfieren al torrente sanguíneo, que ha sido liberado del dióxido de carbono que transportaba. Este intercambio de gases tiene lugar en unos órganos específicos ubicados en la faringe, al fondo de la boca, justo a la entrada del tracto digestivo: las branquias.

Diagrama de la posición de las branquias: aberturas, filamentos y branquispinas
(tomado de Sea World).
Básicamente, las branquias son unos filamentos alargados dispuestos a lo largo de unas estructuras cartilaginosas denominadas arcos branquiales. Cada arco branquial sostiene, en su superficie externa, dos filas de filamentos; mientras que en la superficie interior presentan una serie de estructuras más o menos alargadas denominadas branquispinas, cuya función es la de proteger los filamentos branquiales impidiendo el paso de partículas que podrían dañarlos (trozos de alimento o cuerpos que flotan en el agua). En las especies filtradoras como el peregrino (Cetorhinus maximus), que ya estudiamos aquí, se han desarrollado y especializado en la filtración del alimento.
Las branquias son de color rojo brillante (1) porque sus filamentos están irrigados por una densa red de capilares repletos de sangre oxigenada. Por si fuera poco, cada uno, a su vez, contiene un buen número de laminillas aplanadas en forma de disco, las lamelas, cuya función es multiplicar la superficie disponible para el intercambio de gases. Esto es muy importante para los nadadores activos, que necesitan importantes aportes de oxígeno, por eso el número de sus lamelas se incrementa notablemente con respecto al de los tiburones más sedentarios.

Los tiburones carecen de opérculo, con lo que las branquias se abren directamente al exterior a través de los 5-7 pares de aberturas o hendiduras branquiales situadas a cada lado de su cabeza (de ahí procede el nombre elasmobranquios: branquias cubiertas por piel).
Aberturas branquiales de un Cailón (Lamna nasus). Foto: Toño Maño
2. Cómo respiran los tiburones. Como es obvio, para respirar el tiburón debe asegurarse de que las branquias estén bien ventiladas, es decir, debe ser capaz de canalizar de manera constante el flujo de agua hacia ellas. El sistema elegido no puede ser más elemental y efectivo: el agua entra por la boca, atraviesa los filamentos branquiales y sale por las hendiduras branquiales. 
La creencia popular según la cual los tiburones deben nadar constantemente para poder respirar es cierta sólo para un determinado número de especies. Es el caso de las grandes viajeras oceánicas como la tintorera (Prionace glauca) o el marrajo (Isurus oxyrinchus), que dependen exclusivamente de la natación constante con la boca entreabierta —ventilación ram—; de tal manera que se ahogarían si por cualquier circunstancia dejasen de moverse, por ejemplo al quedar atrapadas en una malla o un cabo, o cuando los echan al mar vivos habiéndoles desprovisto de su sistema de propulsión y sostén sobre la columna de agua: las aletas (el finning, ya os imagináis).
Cabeza de una visera (Deania calcea) mostrando
su enorme espiráculo (Foto: Toño Maño)
En cambio, muchos otros tiburones pueden permanecer apoyados sobre el fondo, perfectamente inmóviles... sin morir en el intento. Esto se debe a que han logrado dar con un sistema alternativo de ventilación branquial: bombean el agua hacia sus branquias abriendo y cerrando la boca. La abren al tiempo que expanden la faringe para succionar agua, y al cerrarla la empujan hacia las branquias (2). Este sistema es fundamental para las especies bentónicas como el angelote (Squatina squatina).

[Actualizado el 28-I-2014] La morfología de las aberturas branquiales varía según el hábitat y el tipo de respiración de cada especie. Un reciente trabajo (3) ha establecido hasta cinco tipos o modelos, e incluso ha detectado variaciones ontogénicas en 12 especies de Carcharhiniformes. Como ejemplo, las especies macropelágicas suelen tener la primera abertura más larga que las demás, una distancia similar entre todas las aberturas, y ninguna situada encima de las pectorales; las aberturas branquiales de las especies litorales, que también usan la ventilación ram, presentar una longitud decreciente, y la última se sitúa encima de las pectorales; por su parte, las especies bentónicas, que ventilan por succión, pueden llegar a tener hasta cuatro aberturas sobre las pectorales, etc.
 
Muchos de los tiburones bentónicos están dotados de unos orificios de tamaño variable situados detrás de los ojos: los espiráculos, originados mediante la modificación del primer par de aberturas branquiales, que permiten la toma de agua incluso aunque la boca esté cerrada o enterrada en la arena. En las especies que son potentes nadadoras el tamaño del espiráculo es mínimo, apenas es apreciable, pudiendo incluso estar ausente.

Filamentos branquiales de un tiburón blanco.
3. El intercambio gaseoso. El proceso físico mediante el cual se realiza el intercambio gaseoso es el de la difusión, esto es: el paso de moléculas desde áreas de concentración alta a áreas de baja concentración. En este caso, el oxígeno se traslada desde la zona donde su concentración es más alta —el agua— hasta el ambiente donde su concentración es menor: la sangre que llega a las branquias procedente del resto del cuerpo.  
Este mismo proceso es el que, del otro lado, se sirve la sangre para desprenderse del dióxido de carbono.
Para aumentar el rendimiento de este mecanismo, los tiburones, como todos los peces, han desarrollado un sistema sumamente simple y eficaz: el sistema de contracorriente del flujo, o sea, haciendo que la sangre fluya en sentido contrario al agua que baña las branquias, forzando de este modo la difusión aun cuando la concentración de moléculas de oxígeno se vaya igualando a medida que el agua va discurriendo a través de las branquias. Se llega incluso a conseguir que el contenido de oxígeno en sangre supere al del agua.
Foto modificada de Sharks and Rays. TC Tricas, K Deacon, P Last, JE McCosker, TI Walker, L Taylor. 1997. Nature Company Guides, Time Life Book Series. Weldon Owen Pty Ltd San Francisco. La he tomado prestada de la página de New Brunswick
Este sistema respiratorio resulta extraordinariamente eficiente. El agua marina contiene en superficie alrededor de un 1% de oxígeno disuelto, proporción que puede reducirse al 0,025% en aguas profundas. Y sin embargo las branquias son capaces de extraer hasta 4/5 partes de ese oxígeno... en tanto que nuestros pulmones sólo extraen en torno a una cuarta parte del 21% contenido en el aire. (4)
La eficacia de este sistema radica también en la cantidad de hemoglobina en sangre. La hemoglobina, como sabemos, es la proteína encargada del transporte del oxígeno y recogida del dióxido de carbono, y la que confiere el color rojo característico de la sangre. Se encuentra en los glóbulos rojos o eritrocitos. En los tiburones más lentos y sedentarios, y también en los que habitan en las zonas más frías y profundas del océano, la concentración de esta sustancia varía de 3 a 5 g por 100 ml de sangre. En los nadadores de sangre fría como los martillos (género Sphyrna) llega a los 6 g por 100 ml. Mientras que en las especies de sangre caliente como el tiburón blanco y los marrajos (género Isurus y Lamna) los valores se acercan a los de los mamíferos: 14 g por cada 100 ml.

Para conocer cómo es el recorrido de la sangre oxigenada y carboxilada, échale un vistazo a El sistema circulatorio de los tiburones.

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(1) Como ya sabéis, una de las formas de conocer si un pescado está fresco o no es echar un vistazo a sus branquias: cuanto más fresco, más rojas son.
(2) Este mecanismo de succión, por cierto, es también utilizado por especies como la gata nodriza (Ginglymostoma cirratum) para capturar a sus presas ocultas en oquedades del fondo.
(3) Jocelin L. Dolce, Cheryl D. Wilga (2013). "Evolutionary and Ecological Relationships of Gill Slit Morphology in Extant Sharks." Bulletin of the Museum of Comparative Zoology, 161(3):79-109. 
(4) Steve Parker. The Encyclopedia of Sharks. Londres: A&C Black, 2008, p. 75.