Foto Gonzalo Mucientes |
Marrajo negro
Isurus paucus Guitart Manday, 1966
(es. Marrajo negro, marrajo carite, marrajo de aleta larga; gal. Marraxo azul de aletas longas; in. Longfin Mako; por. Tubarao-anequim-de-gadanha.)
Orden: Lamniformes
Familia: Lamnidae
El marrajo negro es una criatura por la que es difícil no sentir debilidad y fascinación. Por su aspecto se diría que se trata de un marrajo corriente y moliente, como su primo el Isurus oxyrinchus; o sea, un tiburón pelágico muy bonito, imponente y tal, que no debe de resultar excesivamente difícil observar y estudiar en su hábitat natural, al menos no más que los demás. Pero la realidad es bien distinta. Estamos, seguramente, ante el más misterioso de todos los lámnidos, ante un tiburón que no se deja ver con facilidad, que quiere pasar desapercibido... y que de momento lo está consiguiendo. Cuantas más cosas queremos aprender sobre él, más esquivo y reservado se muestra, en una inconsciente estrategia de seducción en la que, por lo demás, hemos caído —gustosamente— unos cuantos.
Y es que teniendo todo lo necesario para convertirse en una estrella de los documentales como sus dos primos más famoso, el I. oxyrinchus y el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) —un magnífico cuerpo perfectamente estilizado, una buena dentadura y un careto que no se parece precisamente al de un osito panda—, este pez ha optado por la discreción y el silencio, por mantenerse alejado de la mirada de los científicos y tratar de vivir su vida sin molestar ni ser molestado. Haced la prueba, y veréis que en la red existen comparativamente muy pocas fotografías del I. paucus y apenas un puñado de vídeos de ejemplares vivos. Y algo parecido ocurre con la información general, que tiende a ser escasa y fragmentaria, no admite comparación, cualitativa y cuantitativamente, con la existente sobre sus primos.
Es notable que hasta 1966 el Isurus paucus no fue descrito por los científicos como especie individual, aunque los pescadores de las Azores ya lo conocían desde hacía tiempo.
Foto de A. M. Arias (Ictioterm) tomada en Vigo en 2008. |
Descripción: Como todos los lamniformes, el I. paucus posee un cuerpo fusiforme, con grandes aberturas branquiales laterales, un morro cónico y un pedúnculo caudal dotado de fuertes quillas laterales; igualmente, la cola es homocerca, en forma de media luna.
Foto de la NOAA Observer Program tomada de Wikipedia |
Los ojos son redondos, sin membrana nictitante y moderadamente grandes (su diámetro es aproximadamente el tercio de la longitud del morro). La boca tiene forma de 'U' ligeramente parabólica.
La primera dorsal es alta y de ápice redondeado, y se origina claramente por detrás del margen posterior de las pectorales. La segunda dorsal es diminuta, como la anal, y en posición más adelantada que ésta; ambas tienen una base pivotante. El lóbulo terminal de la aleta caudal está bien diferenciado.
La librea es de un color azul oscuro a pizarroso en el dorso, que a veces se aclara hacia un gris azulado en los flancos, mientras que la superficie ventral es blanquecina. En los adultos y subadultos, la parte inferior del morro y las mandíbulas son de un color oscuro que cubre también la práctica totalidad de las aberturas branquiales. Las aletas pélvicas son completamente oscuras. Los cambios de coloración son bruscos, bien delimitados.
Detalle de la boca parasitada (foto de Gonzalo Mucientes) |
Como se aprecia en la imagen, el tercer diente superior es más pequeño que los siguientes, y va seguido de un pequeño diastema.
De 24-26 dientes en la mandíbula superior y 22-26 en la inferior, distribuidos en varias filas funcionales.
Talla: Es el segundo lámnido más grande después del tiburón blanco. La longitud total máxima registrada es de 427 cm (unos 430 cm, según Ebert et al, 2013), si bien la media habitual se sitúa en torno a los 2 metros. Miden al nacer entre 97-120 cm; los machos alcanzan la madurez sexual entre 190-228 cm y las hembras a partir de los 245 cm.
Reproducción: Vivíparo aplacentario (ovovivíparo) con camadas bajas de unos dos a 8 crías. Los fetos practican la oofagia y, se especula, el canibalismo intrauterino. No hay datos sobre ciclo reproductivo, periodo de gestación, longevidad, etc. Posiblemente se aproxima a la costa para dar a luz.
Foto Gonzalo Mucientes |
Sus grandes ojos parecen apuntar a un cazador de profundidad que posiblemente confíe en el sentido de la vista para detectar al menos a una parte de sus presas que estaría formada por calamares bioluminiscentes. Esto explicaría por qué las capturas de I. paucus en aguas del norte de Cuba son mayores entre los 110-220 m que entre los 18-90 m, y más abundantes cuando el palangre está equipado con varitas de cyalume junto a la carnada.
La estructura de sus aletas pectorales, largas, anchas y delgadas, apunta a un animal menos activo y de movimientos más lentos que el eléctrico I. oxyrinchus. En general su forma corporal parece adaptada para patrullar lentamente la zona epipelágica del océano, al modo de la tintorera (Prionace glauca) y el jaquetón oceánico (Carcharhinus longimanus).
Hábitat y distribución: El marrajo negro es un tiburón epipelágico oceánico de aguas cálidas y templadas posiblemente de todo el mundo, particularmente el Atlántico occidental y el Pacífico central. Posiblemente su rango batimétrico es mayor que el del I. oxyrinchus —razón por la cual caen tan pocos en los palangres del marrajo, según sostienen algunos autores—, pero faltan datos que lo confirmen. Suele aparecer en torno a los 760 m, con un registro a 1752 m².
Resulta sumamente complicado dibujar un mapa de distribución bien definido debido tanto a la escasez y dispersión de los registros, como a la sospecha, más que fundada, de que muchas capturas han pasado desapercibidas al ser fácilmente confundible con el Isurus oxyrinchus. En el mapa de abajo están marcadas en rojo las zonas conocidas y con rayas las áreas de posible distribución:
Fuente: FAO, 2013 |
Mapa tomado del blog Ecología Azul |
Foto de Rodrigo Friscione tomada de Shark Diver Magazine. |
Pesca y estatus: Suele formar parte de las capturas accidentales de las pesquerías del espada, el atún y de especies de tiburones de mayor valor comercial como la tintorera (Prionace glauca) o el marrajo (Isurus oxyrinchus). Aunque se comercializa para consumo humano, la carne del marrajo negro es de peor calidad que la del I. oxyrinchus, de mucha menor consistencia, de modo que posiblemente muchas capturas se descartan, con toda probabilidad habiéndoles arrancado previamente las aletas.
Figura en la Lista Roja de la IUCN con el estatus global de En peligro, si bien falta de más datos concluyentes para determinar su verdadera situación (sus poblaciones europeas figuran bajo el significativo epígrafe de Datos incompletos). Es muy poco lo que conocemos de este tiburón, y por encima los datos de capturas no son fiables porque es fácil confundirlo con su congénere, como ya hemos señalado, por lo que no hay datos fiables de capturas y, cuando los hay, es muy posible que sean inferiores a la realidad.
Lo que nadie discute es que las poblaciones mundiales han experimentado importantes descensos cuyo alcance, sin embargo, nos es desconocido. Por eso algunas estimaciones se basan en cálculos indirectos, por ejemplo en relación a las poblaciones de especies como el marrajo azul, en cuyas pesquerías cae el marrajo negro: si las poblaciones de I. oxyrinchus del Atlántico norte han caído un 50%, lo más probable es que las del I. paucus hayan sufrido la misma o parecida evolución. En su reciente actualización, la IUCN estima una caída del 50-79% durante los últimos 75 años.
El problema fundamental al que nos enfrentamos es el desconocimiento: ¿Cuál es la distribución real del Isurus paucus? ¿Cómo es su dinámica poblacional? ¿Y su biología? ¿Cuál es el verdadero volumen de sus capturas? ¿Qué consecuencias debemos extraer de todo ello para su conservación?
Foto Gonzalo Mucientes |
En resumen: el marrajo negro es mucho menos abundante que el marrajo azul, su ritmo reproductivo y tasa de crecimiento son sensiblemente inferiores, y no sabemos cuántos ejemplares caen cada año en los aparejos.
Es para estar preocupados. ¿O no?
[Una breve nota de agradecimiento a Gonzalo Mucientes por su apoyo y generosidad en la cesión de sus propias fotografías y a Rafa Bañón por el artículo, por acordarse.]
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¹Compagno, Leonard J. V. Sharks of the World. Volume 2: Bullhead, Mackerel and Carpet Sharks (Heterodontiformes, Lamniformes and Orectolobiformes). Roma: FAO, 2002. (En cambio, en la edición anterior, de 1984 [FAO Species Catalogue. Vol. 4. Sharks of the World, Part 1: Hexanchiformes to Lamniformes. Roma: FAO], Galicia no aparece como zona de distribución).
Compagno, Leonard J. V. et al. Guía de campo de los tiburones del mundo. Barcelona: Omega, 2005.
Ebert, David A., Matthias F. W. Stehmann. FAO Species Catalogue for Fishery Purposes: Sharks, Batoids and Chimaeras of the North Atlantic. Rome: FAO, 2013.
²IUCN. 2019. The IUCN Red List of Threatened Species. Version 2019-1. Available at: www.iucnredlist.org. (Accessed: 21 March 2019).
³Mucientes, G., Rafael Bañón, Nuno Queiroz. "Updated distribution range of longfin mako Isurus paucus (Lamniformes: Lamnidae) in the North Atlantic". Journal of Applied Ichthyology. Febrero, 2013, ISSN 0175-8659.
Hay que destacar que este trabajo está basado en datos suministrados por los propios pescadores (libros de pesca, etc.). Aunque de vez en cuando criticamos su labor, es justo reconocer también que no pocas veces el sector colabora con los científicos aportando información sumamente relevante. Los mariñeiros son los que están a diario en el mar y en algunos casos tienen mejores conocimientos que los científicos.