Muros, 28 de julio 2021. |
Parece que Muros tiene algo que gusta mucho a las crías de quenlla o tintorera (Prionace glauca), porque casi todos los años hacia mediados-finales de julio viajan hasta allí para instalarse en su muelle durante días o incluso semanas. Tal vez les atraiga su gastronomía o quizás es que encuentran el entorno particularmente acogedor y agradable, o puede que sea una combinación de ambas. Lo cierto es que se trata de un acontecimiento excepcional que debemos aprender a valorar, cuidar y disfrutar.
Desde el 2015. Este fenómeno viene repitiéndose, que sepamos, al menos desde el 2015. Aquel año, un inolvidable domingo 9 de agosto, tuve la fortuna de estar allí [Agosto de tintoreras 2015] y además en la mejor compañía que uno puede tener a la hora de observar cualquier tipo de peixes, Rafael Bañón, uno de los principales taxónomos de peces de este país. Fue él quien se las había encontrado por casualidad el día anterior dando un paseo por el muelle y quien me había avisado. Acodados en la baranda y más tarde sentados en uno de los pantalanes flotantes, pasamos una buena parte del día contemplando pasmados como un grupo de unas siete quenllas chiquititas nadaban tranquilamente justo delante de nosotros. Aquel y otros muchos avistamientos ocurridos en diversos puntos de la costa gallega darían lugar a una comunicación científica en la que participó el mayor especialista en tiburones que tenemos en Galicia, Gonzalo Mucientes. Rafa y Gonzalo fueron lo suficientemente amables e inconscientes como para invitarme a colaborar: Rafael Bañón, Toño Maño & Gonzalo Mucientes (2016). Observations of newborn blue sharks Prionace glauca in shallow inshore waters of the northeast Atlantic Ocean. Journal of Fish Biology, 89 (4): 2167-2177. https://doi.org/10.1111/jfb.13082.
Fotos: Toño Maño. |
Muros 2021. El número de ejemplares que entran y permanecen en el muelle varía mucho de un año a otro e incluso de un día para otro. Un buen ejemplo es lo ocurrido el pasado año, que fue espectacular. Nunca, en ninguna de mis visitas anteriores, había visto tanta cantidad (y aprovecho para dar las gracias a gente como Lalo Ventoso y, sobre todo, a Manuel Candamo, que estuvieron a pie de cañón y mandaron aviso tras dar parte a la Rede de Varamentos). Según los mensajes que llegaban al móvil, ya el viernes 16 de julio contaron hasta diez ejemplares. Parece que los avistamientos continuaron, si bien de forma irregular, a lo largo de las jornadas siguientes. El lunes 26 logré acercarme hasta Muros ¡y no había ni una sola tintorera! Por supuesto, al día siguiente, como yo no estaba, vieron cuatro (ley de Murphy, uno acaba acostumbrándose). Pero el miércoles 28 regresé y fue extraordinario: había nada menos que unas veinte crías de entre aproximadamente 45-70 cm solo en una de las dársenas. Desde la mañana hasta el atardecer quenllas y personas compartimos espacio, comida y un sol que, más que caer, daba martillazos (las cañas nos las bebimos solo las personas). En este enlace tenéis unas imágenes muy interesantes. Lo notable es que esa misma mañana se vieron más ejemplares en diversos puntos del concello de Muros, como la playa de San Francisco, nadando muy cerquita de la orilla.
Al día siguiente estaban "as dúas dársenas petadas delas", según mensaje de whatsapp; contaron hasta treinta solo en la dársena donde está el puesto de Bico de Xeado. Ese día varios ejemplares aparecieron muertos en diversos lugares de la zona. El día 30, un precioso día de suave orballo, habría tal vez unas 25-30 crías entre las dos dársenas. Una de ellas llevaba un señuelo clavado en el lóbulo terminal de la cola; la suerte quiso que pudiera acercarme lo suficiente para agarrarla y quitárselo. Por la tarde observamos otra con una potera enganchada en el lomo, pero había subido la marea y resultaba muy difícil seguir sus movimientos e intentar alcanzarla. Imposible hacer nada.
Juntas, pero no revueltas. Al menos cuando es posible observarlas con continuidad, que es de día y con marea baja, las pequeñas quenllas no parecen seguir un patrón determinado en sus movimientos. Nadan cerca de la superficie —a veces sus aletas chiquitas sobresalen cortando la lámina de fuel—, en solitario, en parejas, en tríos o en pequeñas formaciones de, por lo común, no más de siete individuos, que acaban disolviéndose y sus integrantes yéndose cada uno por su lado, o bien hacia la estela de otro u otros congéneres que se aproximan desde otro punto. Juntas pero no revueltas, esa parece ser la consigna. Cruzan de un lugar al otro de la dársena o se mueven en amplios círculos en una zona concreta hasta que, sin ningún motivo aparente, se trasladan a otra parte. A veces sus movimientos parecen acompasados, con varios ejemplares doblando casi al unísono en la misma dirección. Es muy habitual observarlas nadando pegadas a una pared del muelle, recorriéndola con insistencia de un extremo al otro dejándose acariciar por las algas.
Nadan de forma sosesaga, con movimientos suaves, sinuosos y elegantes, ocasionalmente rotos por un súbito acelerón. Resulta fascinante y embriagador seguir sus evoluciones sobre todo hacia la hora de la comida y la siesta, cuando disminuye el ruido generado por el tráfico y el trasiego del pueblo.
Costó, pero al final conseguí que diez chiquitinas entrasen en el encuadre de la cámara del móvil. |
Agua más sucia y contaminada. Como contrapunto a todo lo anterior, lo que hemos podido ver es que el muelle de Muros cada año que pasa parece estar más y más sucio. Aquellos días el agua era en varias zonas una sopa de plásticos y residuos de todo tipo que flotaban en las extensas sábanas de fuel y aceite que cubrían su superficie. Un siniestro consomé en uno de los pueblos más hermosos de Galicia.
El colofón llegó el día 30 de julio por la tarde, cuando observamos como una gran nube blanca iba extendiéndose a lo largo de una esquina de los pantalanes flotantes. Procedía de una de las salidas de agua de la pared del malecón. ¡Era pintura! Alguien consideró que el mar se traga todo lo que le eches, y también los bichos que andan en él. Y si no se lo tragan, peor para ellos.
La nube de pintura sale del desagüe y se extendiende por la zona de los pantalanes flotantes. En el centro a la derecha, imagen de Google con la localización del vertido. |
Cuatro crías asomando bajo una sábana de "sabediosqué". |
👉¿QUÉ HACER EN CASO DE ENCONTRARNOS CON CRÍAS DE TINTORERA?
Las crías de tintorera aparecen todos los veranos en muchos puntos de la costa de Galicia, de norte a sur, no solo en Muros. ¿Qué debemos hacer en caso de encontrarnos con ellas en la playa?1. Nada. Relajarse, observarlas y disfrutar de la experiencia. SON TOTALMENTE INOFENSIVAS. Las dejamos a su aire y que vayan donde quieran. Son tímidas y tienden a alejarse de las personas.
2. Si se quedan varadas en la orilla, podemos utilizar una toalla para devolverlas al agua sujetándolas con cuidado. Nunca hay que agarrarlas por la cola, porque se revuelven y además podemos causarles una lesión. Procuremos hacerlo en el menor tiempo posible para reducir la carga de estrés: nunca mantengamos estas crías fuera del agua solo para hacer fotos. Respetémoslas y respetémosnos a nosotros mismos.
3. Llegado el caso, informar a los socorristas y seguir sus indicaciones.
Muros desde el alto del Cruz de Pelos. |
4. COMUNICAD VUESTRAS OBSERVACIONES: Mejor si van acompañadas de imágenes y de todos los datos que podáis aportar: lugar, fecha, nº de ejemplares, talla aproximada, sexo. Podéis hacerlo de cualquiera de estas tres maneras. Las dos primeras son las más rápidas y sencillas. La tercera es opcional, complementaria a las anteriores; resulta un poquito más liosa, pero como el mensaje nos llega directamente, nos brindáis la oportunidad, si las circunstancias nos lo permiten, de que tanto la gente de Ecoloxía Azul como yo mismo podamos acercarnos hasta la zona para disfrutar también del espectáculo.
- Llamada al 112 (llamada gratuita).
- Llamada o whatsapp con foto al teléfono de la Rede de Varamentos de Galicia, de la que se encarga la CEMMA y que está centralizando todos estos avistamientos: 686989008.
- Visitad y mandad mensaje a cualquiera de las siguientes páginas de Facebook: CEMMA, Ecoloxía Azul - Blue Ecology y, por supuesto, Tiburones en Galicia (CORREO: tiburonesengalicia@gmail.com).
Aunque se trata de especies bien distintas, a veces la gente confunde estas pequeñas tintoreras con marrajos. Aquí tenéis un esquema con las diferencias más importantes. Para una información más detallada os recomiendo este artículo: Diferenciando marrajos de tintoreras.
Ilustraciones de Marc Dando. |
2. Ojos con membrana nictitante en la tintorera. Ojos sin ella en el marrajo.
3. El marrajo tiene unos dientes largos y grandes claramente visibles en la mandíbula inferior, aun con la boca cerrada. Los dientes de la tintorera son más pequeños y se aprecian bastante poco en comparación, incluso cuando nadan con la boca abierta; tienen forma triangular, con la cúspide de bordes aserrados ligeramente abatida.
4. Las aberturas branquiales laterales de la tintorera son bastante más pequeñas que las del marrajo.
5. La primera aleta dorsal de la tintorera es más baja y pequeña que la del marrajo, y está situada en posición más retrasada: aproximadamente en el punto medio entre la posición de las aletas pectorales y las pélvicas. La del marrajo es alta y se origina aproximadamente sobre el borde posterior de las pectorales.
6. Las aletas pectorales de la tintorera son más largas y estilizadas que las del marrajo.
7. / 8. La segunda dorsal y la aleta anal del marrajo son pequeñitas comparadas con las de la tintorera.
Dos imágenes para reflexionar. |
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