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miércoles, 31 de diciembre de 2025

Resultados CITES 2025

Jaquetón oceánico de puntas blancas (Carcharhinus longimanus). Foto: Andy Murch, sharksandrays.com

A mediados de diciembre de 2025 conocimos las resoluciones aprobadas en la XX Conferencia de las Partes de la CITES celebrada en Samarcanda (Uzbekistán), que incluyen medidas para ampliar la protección para un puñado de especies de tiburones y rayas en serio peligro. 

Como sabéis, la CITES (siglas de Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) es un acuerdo internacional para el control y regulación del tráfico de especies de flora y fauna silvestres con el objetivo de garantizar la supervivencia de sus distintas poblaciones. Se trata, en definitiva, de un acuerdo comercial que busca promover y garantizar un tráfico de plantas y animales legal, sostenible y trazable. Las decisiones son vinculantes para los 185 países que forman parte de la CITES. 


Las especies bajo protección CITES se recogen en tres apéndices en función del grado protección. El Apéndice I es el que otorga el nivel de protección máximo. En él se incluyen especies en grave peligro de extinción, de tal manera que su tráfico internacional está absolutamente prohibido salvo casos excepcionales (por ejemplo para investigación científica). El Apéndice II recoge especies que todavía no están seriamente amenazadas de extinción pero cuyo comercio debe ser regulado y controlado a fin de que esto no llegue a suceder. El tráfico internacional puede autorizarse mediante permisos especiales de exportación, etc. Finalmente, el Apéndice III incluye especies que están protegidas al menos en un país, el cual solicita la colaboración de los demás para controlar su comercio.

Entre las novedades más importantes en lo que nos concierne aquí, hay que destacar que por primera vez entran dos especies de tiburón en el Apéndice I, el de máxima protección: el tiburón ballena (Rhincodon typus) y el que no hace mucho fue una de las especies más abundantes del océano, el jaquetón oceánico de puntas blancas (Carcharhinus longimanus).

Quelvacho negro (Centrophorus squamosus). Foto: igrimshaw, iNaturalist NZ.

Otra medida importantísima es la inclusión de los quelvachos (Centrophorus spp.) en el Anexo II. Estos extraordinarios tiburones de profundidad son uno de los grupos más amenazados del mundo. Su extremadamente baja tasa reproductiva los hace en extremo vulnerables a la pesca industrial. Se capturan y comercializan sobre todo por el enorme valor de sus enormes hígados ricos en aceites que se emplean en la industria cosmética y en la alimentaria (condenadamente triste). 

En el Anexo II se han incluido también las musolas (Mustelus spp.) y los cazones (Galeorhinus galeus), cuyo comercio pide urgentemente medidas de control.

Y así queda la cosa:


SITUACIÓN DE LAS RAYAS.

Este extenso grupo de elasmobranquios, que tan injustamente tenemos aquí medio olvidado, está siendo también objeto de protección. Tras la CoP20 las mantarrayas (familia Mobulidae) pasan a incluirse en el Apéndice I, junto con los peces sierra (Pristis spp.), y se establece una cuota cero de exportación para los peces guitarra gigantes y peces cuña (familia Rhinidae) que figuran en el Apéndice II. Así queda todo:


En fin. Todos sabemos que existen incumplimientos e infinidad de triquiñuelas y de trampas legales para saltarse toda esta normativa. Sabemos también que muchas o algunas de estas medidas o bien son insuficientes o bien llegan tarde. Evidentemente no son la panacea, pero menos es nada. Quedémonos con lo positivo para cerrar el año y saludar el nuevo con un regusto dulce en la boca. 

Que tengáis una feliz entrada en el 2026, y que nos venga cargado de salud y de felicidad (y si también trae dinero, pues miel sobre hojuelas).

Tiburón ballena (Rhincodon typus). Foto: Andy Murch, sharksandrays.com

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