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miércoles, 10 de febrero de 2016

Ataques de tiburón 2015

Carcharodon carcharias (foto: Rafa Aso).

El ISAF (siglas de International Shark Attack File, 'Archivo Internacional de Ataques de Tiburón') acaba de publicar las cifras de ataques no provocados ocurridos en todo el mundo durante el pasado 2015. Tras investigar más de 160 incidentes, sus datos son los siguientes:

98 ataques no provocados, 26 más que en 2014, según el ISAF...
... o bien 102 si contamos 22 ataques en Australia, tal como reporta el Australian Shark Attack File, en lugar de los 18 del ISAF.

6 personas fallecidas en todo el mundo, el doble que el año anterior. Dos en la isla de Reunión y una en Australia, Nueva Caledonia, Hawaii y Egipto.

Distribución de los ataques. Como es habitual, los EEUU se llevaron la peor parte del pastel. Nada menos que el 76,5% del total. Fueron 59 ataques (frente a los 52 de 2014), ocurridos en su mayoría (30) en Florida, como era de esperar (con los condados de Volusia y Brevard a la cabeza), seguidos de los 8 en cada una de las dos Carolinas, 7 en Hawaii, 2 en California, 2 en Texas, y uno en Mississippi y New York.
En el resto del mundo, 18 (o 22) ataques ocurrieron en Australia (la mayor cifra desde el año 2009, con 22), 8 en Sudáfrica, 4 en Reunión, 2 en las Canarias, 2 en las Galápagos, y uno en las Bahamas, Brasil, Egipto, Nueva Caledonia y Thailandia.

Tipología de las víctimas. Los practicantes de deportes de tabla como los surfistas fueron los más solicitados por los tiburones, con un 49% de ataques, lo cual no deja de tener su lógica, al tratarse de personas que pasan muchísimo tiempo en zonas de rompiente, muy frecuentadas por estos bichos, chapoteando con brazos y piernas. A cierta distancia se sitúan bañistas y vadeadores (42% de los ataques), y practicantes de snorkel (9%). Este año tampoco ha habido ataques a buzos.

¿Qué es un "ataque no provocado"? Por ataque no provocado nos referimos a incidentes ocurridos en un ambiente natural cuando no existe ningún tipo de provocación por parte de las personas. Por tanto, quedan excluidos los ocurridos en acuarios o en el mar durante actividades científicas, ataques a embarcaciones, mordeduras post-mortem, etc.

Jaquetón toro (Carcharhinus leucas). Foto: Klaus Jost, The Shark Laboratory.

CONCLUSIONES.

Podemos repetir perfectamente las de años anteriores. A saber:

1) Los tiburones no son tan fieros y sanguinarios como los pintan. Más bien al contrario. Si pensamos, una vez más, en los millones de horas que millones de personas pasan metidos en el agua a lo largo de millones de kilómetros de mar y costa en todo el mundo... alrededor de 100 ataques y menos de 10 fatalidades representan una cifra irrisoria (no así, evidentemente, para los interesados). Cualquier autoridad de tráfico la firmaría sin pensárselo dos veces, celebrándolo con champán y exhibición bailes regionales.

2) El que un año más la zona del planeta donde más ataques se producen (Florida, EEUU) termine la temporada sin víctimas mortales demuestra la importancia de la educación y de las medidas de seguridad en las playas (vigilancia, control, médicos) para prevenir malas experiencias. Aunque los encuentros son inevitables y no siempre terminan bien, es posible disfrutar el mar y sus criaturas si autoridades y bañistas actúan con sensatez y sentido común. Científicamente probado. Cuando fallamos en estas cosas tan elementales puede ocurrir como en Reunión, donde llevan 7 muertos en cinco años, algunos debidos a graves imprudencias, y tenemos a las incompetentes autoridades haciendo caso a un grupo de niños pera con tablas de surf pidiendo a gritos la caza del tiburón que no les deja meterse en el agua como y cuando a ellos les viene en gana. Muy triste.


PS: Quien desee consultar las cifras de años anteriores solo tiene que pinchar en los siguientes enlaces: 2012, 2013, 2014.

2 comentarios:

  1. Un tema tratado seriamente y con profesionalidad, gracias por la información.
    Un saludo muy cordial,
    Pere Rubio

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