Fue publicada anteayer, el 24 de julio, en Off the road, el Blog personal de su autor, Alastair Bland, que pertenece nada menos que a la web del Smithsonian, a la que os remito si leéis en inglés. Todas las imágenes están sacadas de ahí.
Why the Idea of Killing Sharks to Make Waters Safer Is Absurd.
El quinto ataque mortal en menos de un año en las aguas de Australia Occidental ha sembrado la inquietud entre los bañistas, buceadores y surfistas locales. Las autoridades han intentado capturar y dar muerte al tiburón antes de que vuelva a atacar, pero puede que sus esfuerzos no se detengan ahí. Ciertos cargos públicos ya están proponiendo que los legisladores den un giro de 180 grados en las prácticas de conservación del tiburón, levanten la protección a los tiburones blancos y permitan que la gente pueda volver a pescarlos y matarlos tras una moratoria de 14 años.
El tiburón blanco es una especie protegida en la mayor parte del mundo y en ciertos lugares está considerada vulnerable y amenazada. Habiendo sido un objetivo popular para los pescadores de trofeos, que usaban cañas como grúas para capturar tiburones de hasta dos toneladas, el tiburón blanco recibió protección en Australia Occidental después de que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasificase como especie "vulnerable".
Pero ahora el Ministro de Pesca de Australia Occidental, Norman Moore, dice que presionará para que se legalice la pesca deportiva y comercial de los tiburones blancos en las aguas de su jurisdicción.
El último ataque acabó con la vida de Ben Linden, de 24 años, que el 14 de julio iba remando sobre una tabla de surf cuando un enorme tiburón blanco partió al joven a la mitad. Un individuo en una moto acuática que se acercó para ayudarle dijo que el tiburón nadó alrededor de los restos de la víctima, luego golpeó suavemente la moto, tomó el torso de Linden en la boca y desapareció.
La muerte de Linden estuvo precedida por varios sucesos similares. El 4 de septiembre de 2011, Kyle James Burden, un bodyboarder, resultó muerto en Bunker Bay, a unas 190 millas de Perth. El 10 de octubre de 2011, Bryn Martin desapareció mientras nadaba en Cottesloe Beach, Perth. Sólo pudieron recuperar su bañador tiempo después. Posteriormente, el 22 de octubre de 2011, un turista americano de 32 años, George Wainwright, murió cuando buceaba en Rottnest Island, cerca de Perth. Por último, el 31 de marzo de 2012, otro buceador, Peter Kurmann, de 33 años, fue atacado y muerto cerca de Busselton.
En estos momentos, después del ataque a Linden, la gente está replanteándose cuán peligrosos son los tiburones, en qué medida el agua es segura y si deberíamos dejar vivir a los animales que matan personas. Lo cierto es que la rapidez a la que se han sucedido los ataques durante el pasado año en Australia Occidental ha sido alarmante, terrible y triste, y el Ministro de Pesca Moore está convencido de que hay que emplear la mano dura para proteger la valiosa industria turística de su estado.
"Cinco víctimas mortales en Australia Occidental (en diez meses), no tiene precedentes y es motivo de gran alarma", declaró hace poco Moore a la prensa. "No ayudará a nuestra industria turística, y aquellas personas que quieren venir aquí para disfrutar del mar se verán rechazadas debido a esta situación." También recientemente dijo: "Debemos adoptar medidas para resolver la cuestión".
Y ya se han adoptado medidas. El buceo con jaula, aunque una industria turística minoritaria, con toda probabilidad será prohibido en Australia Occidental. Ya antes incluso del ataque a Linden, sus críticos, Moore entre ellos, ya habían señalado que semejante práctica, que en ocasiones implica el uso de cebo y carnada para atraer a los tiburones hasta la zona donde se encuentran sus clientes, podría ser la responsable de llevar a los tiburones blancos hasta las proximidades de playas muy concurridas, y, lo que es peor, inculcando en los tiburones la asociación de seres humanos y comida gratis.
Usar trozos de atún y carne de mamíferos para atraer a los tiburones hacia los turistas dentro de las jaulas (esta imagen fue tomada en aguas de México) es una actividad popular en todo el mundo, pero en Australia Occidental la gente ha denunciado que echar carnada a los tiburones blancos podría estar poniendo en peligro a los bañistas de las playas cercanas. Foto cortesía de Scubaben, usuario de Flickr.
Suena aterrador. El caso es que los tiburones no son muy peligrosos. Al menos, son muchísimo menos peligrosos que los coches, los cuales cuidamos y lavamos los domingos por la tarde y utilizamos para llevar a nuestros hijos a la iglesia, y bajo cuyas letales ruedas la mayor parte de las sociedades poco menos que ponen una alfombra roja. Sólo en Australia Occidental 179 personas murieron durante el 2011 en accidentes de coche. Y en Norteamérica 150 ocupantes de vehículos mueren cada año en la carretera en choques contra ciervos.
Los tiburones tan sólo causaron la muerte de 12 personas en el 2011 —en todo el mundo— según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón. De manera que si a los turistas les da miedo meterse en el mar, deberían sentirse aterrorizados sólo de pensar en viajar por una carretera asfaltada para llegar hasta allí.
De momento, levantar la protección a los tiburones blancos es sólo una idea, pero si la propuesta llega hasta los despachos de los legisladores australianos (quienes es probable que vayan en coche a su trabajo), con toda seguridad tendremos noticias de una firme oposición por parte de los conservacionistas y de otras personas. En Santa Cruz, California, Sean Van Sommeran, investigador independiente sobre el tiburón blanco, tiene la esperanza de que la gente sencillamente acepte que en aguas de Australia los tiburones forman parte del medio ambiente, en vez de dar un paso atrás y rescindir las leyes que protegen a esta especie.
"La gente tiene que familiarizarse con el entorno en el que se meten para pasar su tiempo de ocio", dijo Van Sommeran, fundador y director de Pelagic Shark Research Foundation. "Hay ríos con cocodrilos y bosques con serpientes venenosas, y hay tiburones en el agua. Simplemente tienes que adecuar tu comportamiento al lugar, y no al revés".
Van Sommeran fue de los primeros que a principios de los '90 hizo campaña para la protección de los tiburones blancos. En 1994 recibieron protección total en California y en 1997 se ilegalizó su pesca en todas las aguas federales de los EEUU. En otros países, esta especie está igualmente protegida. En Suráfrica se prohibió su pesca en 1991; en Namibia, en 1993; en Australia, en 1998; en Malta en 2000; y en Nueva Zelanda en el 2007.
Sin embargo, Van Sommeran señala que estas leyes se han saltado una y otra vez para permitir la captura de tiburones blancos en nombre de la ciencia.
"En el 2001, acuarios y proyectos científicos de recogida de datos estuvieron saltándose las leyes", explicó. Por ejemplo, el Monterey Bay Aquarium ha ofrecido pagar a los pescadores comerciales que capturen accidentalmente tiburones blancos juveniles y luego los devuelvan, con tarifas que varían en función de la condición del animal —y se pagan cantidades altísimas por los juveniles vivos que periódicamente se han convertido en una atracción turística en el acuario. Y durante estos últimos años los equipos de documentales para la televisión no han cumplido las leyes que prohibían la pesca de tiburón blanco. Cada uno de los programas Expedition Great White, Shark Men y Shark Wranglers ha mostrado imágenes de equipos de científicos pescando y descargando tiburones blancos, subiéndolos a sus barcos y pasándose 20 minutos o más haciéndoles agujeros y colocándoles etiquetas SPOT (Smart Position and Temerature). Muchos críticos de esta actividad han advertido de que los procedimientos de marcado con etiquetas SPOT son potencialmente peligrosas para los animales más grandes.
"Los tiburones generan una extraña especie de entusiasmo que en absoluto está limitado a su conservación", añadió. Explica que buena parte de la gente entusiasmada por los tiburones sólo está entusiasmada ante la posibilidad de pescarlos. Incluso hoy en día, todos los años se celebran en los EEUU torneos de pesca de tiburón con muerte.
Van Sommeran advierte de que cualquier paso atrás en la protección de los tiburones blancos podría sentar un precedente para cambiar las leyes que protegen a otros grandes depredadores.
"Si eliminamos el estatus de protección de cada especie que entra en conflicto con los seres humanos, muy pronto nos quedaremos sin osos, leones y tigres", dijo.
El Archivo Internacional de Ataques de Tiburón informa de que en el 2011 los tiburones de todas las especies realizaron 75 ataques no provocados a personas. La base de datos añade que desde el 1900 los ataques de tiburón se han vuelto cada vez más comunes —tendencia que con toda probabilidad refleja la cada vez mayor popularidad del surf, el buceo, el bodyboard y otros deportes acuáticos. Es al mismo tiempo una tendencia que surge a pesar del descenso mundial de las poblaciones de tiburones, los cuales el hombre mata entre 30 y 70 millones por año, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón.
Así pues, tal vez el balance final de esta historia debería ser que aunque los ataques de tiburón son trágicos y espantosos para todos los implicados, no suponen un peligro per capita relativamente significativo. Incluso es posible que hoy estemos más seguros en el agua que hace un siglo.
Simplemente tengan mucho, mucho cuidado cuando vayan en coche a la playa —y ojo, no vayan a atropellar a un ciervo.
Alastair Bland___________
Estoy completamente de acuerdo con esta relfexión, y lamento decir que se ha aprobado el eliminar al tiburón blanco como especie protegida en aguas australianas. Creo que no tardaremos en ver auténticas cacerías. Enhorabuena por el blog, mucha información y de muy buena calidad.
ResponderEliminarDesconocía que ya se hubiese autorizado la caza del tiburón blanco en Australia Occidental. Quien sí decidió autorizar batidas indiscriminadas de jaquetones toro (Carcharhinus leucas) fue el alcalde de Saint-Leu, en Reunión, tras el último ataque mortal a un surfista... bueno, en realidad tras las airadas protestas de una panda de oligofrénicos (también surfistas) a las puertas del ayuntamiento reclamando que ya está bien, que no puede uno surfear tranquilo sin que haya tiburones bajo el agua dispuestos a pegar un mordisco (es como si un grupo de corredores de maratón decidiese entrenar en pleno Serengeti y pusiesen el grito en el cielo porque con tanto león, leopardo, guepardo y demás fieras no hay quien pueda hacer -y terminar- una serie, que a ver si se toman medidas). Puro populismo castellonense.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Navarro.
Vaya, pues justo después de escribir lo anterior, acabo de leer en The Guardian que el alcalde ha tenido que revocar esa autorización, que ha levantado una gran polémica y encontrado una amplia respuesta gracias a Internet, porque contraviene las leyes francesas (el tío había incluso ofrecido la recompensa de 2€ por kilo de leucas para los primeros 30 ejemplares desembarcados).
ResponderEliminarhttp://apps.facebook.com/theguardian/environment/2012/aug/01/reunion-island-shark-attack-hunting
Me alegro mucho de que haya tenido que revocar esa ley, ya lo de ofrecer dinero me parece un poco surrealista... En Australia no se autorizó la caza propiamente dicho (aunque eliminar la protección viene a ser lo mismo) si no que se plantea dejar de protegerlos porque este año ha habido 5 ataques mortales.
ResponderEliminarhttp://www.lemonde.fr/planete/article/2012/07/31/le-grand-requin-blanc-pourrait-ne-plus-etre-protege-en-australie_1740551_3244.html
Pues por lo que he visto hace un rato, mejor vamos a esperar, porque parece que el alcalde no da la batalla por perdida. Hay que estar atentos.
ResponderEliminarY lo de Australia... no tiene nombre. Efectivamente, están ahí dándole vueltas al tema.