Extraordinario primer plano del Lamna nasus (Foto de Andy Murch, elasmodiver.com) |
—¡¿Qué?! ¿Tiburones sanguinarios jugando al "pilla pilla" como si fuesen cachorros de pequinés?
Pues parece que si. Al menos esta es la única explicación plausible que han encontrado quienes han podido presenciar el insólito comportamiento de unos grupos de jóvenes cailones que nadaban entre los quelpos cerca de la superficie: unos individuos giraban sobre si mismos enredándose entre las algas, hasta que de pronto se largaban en una veloz una carrera y eran inmediatamente perseguidos por los demás, que iban mordisqueando las largas laminarias que aquellos arrastraban tras de si. Y vuelta a empezar, una y otra vez.
El tema es ciertamente delicado. Si fuesen crías de algún ave o mamífero, con toda probabilidad estaríamos hablando de juegos casi sin dudarlo; pero tratándose de tiburones, la cosa cambia radicalmente: ¿un pez "jugando"? Algunos científicos han sugerido que en realidad los cailones estaban tratando de capturar las pequeñas criaturas que viven pegadas al quelpo —algún gasterópodo, por ejemplo—; o bien simplemente utilizaban las fuertes láminas para deshacerse de los parásitos que cubren su piel. Sin embargo, los testigos insisten en que estos tiburones en modo alguno mostraban propósito alguno, ni trófico ni de "aseo personal", por así decirlo, excepto "pasar el rato". Cuando se cansaban, desaparecían.
Del mismo modo, otros testigos han observado a grupos de juveniles dándose caza unos a otros "a la manera de los delfines". Y la pregunta surge otra vez: ¿no podría tratarse de algún tipo de juego destinado a estimular y desarrollar el aprendizaje de una estrategia de caza, como ocurre con las crías de los mamíferos? ¿Qué otra explicación puede haber? Al fin y al cabo, los cailones no son peces como los demás: son animales sumamente inteligentes cuyo cerebro, además, está bañado por sangre caliente —como los demás lámnidos, son endotermos (1)—, y sabemos que suelen desplazarse en agrupaciones o cardúmenes.
Otras observaciones describen grupos de hasta veinte individuos investigando e interactuando con objetos (algunos dicen, directamente, "manipulando") que flotaban en el agua: maderas, algas e incluso los flotadores de las cañas de pescar. Los tiburones empujaban estos objetos con el morro, a veces parecía como si se los pasasen de uno a otro, y los lanzaban fuera del agua. Todo ello igualmente de forma continuada y sin ningún propósito concreto.
Foto de Andy Murch (Elasmodiver.com) |
Más allá de su objetivo último —el aprendizaje y desarrollo de destrezas sociales y cognitivas—, lo que caracteriza el juego es su naturaleza lúdica, su ausencia de utilidad práctica inmediata, y su recurrencia. ¿Podemos aplicar esto al comportamiento de los jóvenes cailones?
¿Por qué no? No será porque les falte inteligencia.
[Más noticias sobre la inteligencia de los tiburones en el post La capacidad cognitiva de los tiburones. Y para saber más sobre el cailón, ver la primera y segunda parte del post Cailón (Lamna nasus).]
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(1) Ver El sistema circulatorio de los tiburones.
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como todos los artículos que he leído aquí, resulta interesante.
ResponderEliminarMuchas gracias
Muchas gracias a ti, Alberto, por pasarte por aquí.
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