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Foto publicada en La Voz de Galicia del 9-IX-2013. |
La semana pasada, el 9 de septiembre,
La Voz de Galicia informaba a su manera del elevado número de avistamientos de tintoreras (
Prionace glauca)
que se ha producido esta temporada en nuestro litoral. El tratamiento de la noticia es
ostensiblemente mejorable, por decirlo de alguna manera, desde el título, "Galicia
petada de tiburones",
y la referencia a la música de
Tiburón, hasta su último párrafo. No
merecería ni ser tenida en cuenta aquí si no fuera porque son muchos los
lectores de este diario que se han quedado con la mosca detrás de la
oreja. Así que vamos a intentar aclarar un poco el asunto y, de paso,
contar unas cuantas cosas sobre nuestras extraordinarias
quenllas, tintoreras o tiburones azules, como prefiráis llamarlas.
1. Nada de otro mundo.
Lo primero que uno se pregunta es: ¿Qué esperaban encontrarse en el
mar? ¿Lirones caretos? En nuestro mar siempre ha habido tiburones. Unas temporadas hay más, otras menos. Como las sardinas. Unas veces se los ve cerca de la costa, otras veces no tanto. Todo depende de factores como la temperatura del agua, la disponibilidad de alimento... y por supuesto que haya realmente un número suficiente de tiburoncitos en el agua. Si uno se toma la molestia de bucear en las
hemerotecas o de recoger los testimonios de nuestros viejos pescadores,
comprobará que hace unos cuantos años sí que había tiburones en nuestro
litoral, y de todo tipo. Ahora desde luego que no. No obstante
—cabe preguntarse—, teniendo en cuenta el número de avistamientos, ¿no podría hablarse de una recuperación de las
poblaciones? Pues bien, suponiendo que todos estos testimonios fuesen fiables, no
hay evidencia alguna que sustente semejante hipótesis. Más bien sucede lo
contrario: todos los datos apuntan a un descenso de las
poblaciones del Atlántico, no a un incremento. No en vano figura en la lista roja de la IUCN
con el estatus de
Casi amenazado.
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Tintorera en las Azores. Foto de Joaquín Gutiérrez. |
2. Objetivo de la flota pesquera. Y es que la
quenlla sigue siendo uno de los principales objetivos de nuestra flota palangrera, la nuestra y la portuguesa. Su carne es muy valiosa, y no digamos sus aletas. En absoluto es verdad que "haya dejado de ser especie objetivo de los pescadores por su
escaso interés comercial" (las negritas son mías). La redactora de la noticia no tenía más que leer de vez en cuando su periódico para darse cuenta de ello. Por ejemplo, el 27 de mayo de este año se publicaba la noticia de la captura, por un palangrero de Coruña, de 10 000 kilos de tintorera "a una distancia de 130 millas, unos 250 km, de la torre de Hércules".
3.
Jóvenes y "pezqueñines". La gran mayoría de las tintoreras que podemos observar en nuestras costas son crías y juveniles, por
la sencilla razón de que el Golfo de Vizcaya, Galicia y Portugal forman
parte de una amplia zona de cría de la especie. Los partos tienen lugar a comienzos de
la primavera, y los jóvenes, a diferencia de sus mayores más viajeros,
suelen permanecer en la misma zona hasta que cumplen los 2-3 años o alcanzan los
130 cm de longitud (desde los 35-44 cm que miden al nacer). De ahí que no resulte del todo extraño que de vez en cuando algunas se acerquen más de la cuenta, por el motivo que sea, tal como sucedió hace unos años con los ejemplares de esas dos imágenes (que, por supuesto, fueron noticia de
La Voz de Galicia):
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Arteixo, 12-IX-2009 (Foto: La Voz de Galicia) |
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Malpica,29-VI-2011 (Foto: La Voz de Galicia) |
Y llegamos al caso, al que también alude el articulito de marras, de esta cría de 70 cm que pescaron hace poco dentro de la dársena de Coruña, adonde pudo llegar bien porque se había desorientado, bien porque los jureles estaban demasiado ricos, bien porque estaba enferma, o tal vez, como se explica en la noticia, porque había sido descartada, todavía con vida, por un pesquero. No se puede decir sea un hecho portentoso o prodigioso, aunque ciertamente no es habitual.
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La voz de Galicia, 3-IX-2013. |
La tintorera es uno de los tiburones más prolíficos. Sus camadas oscilan entre las 4 y las 135 crías, aunque normalmente suelen andar por las 15-30. Tal variabilidad probablemente está relacionada con el tamaño de la madre, desde los 220 cm en que las hembras alcanzan la madurez sexual hasta los casi 4 m (380 cm), que es la longitud total máxima registrada.
4. Doble nacionalidad. Como curiosidad, la tintorera es
uno de nuestros tiburones más viajeros. Diferentes estudios de marcado
han descubierto patrones migratorios verdaderamente sorprendentes. Muchas de las
tintoreras que se aparean en ciertas zonas del Atlántico occidental
cruzan el océano a lomos de la Corriente del Golfo para dar a luz aquí (los machos se quedan allí: el descanso del guerrero). Y lo verdaderamente prodigioso es que algunas son capaces de almacenar el esperma del macho hasta que llegan a la madurez sexual... ¡durante el viaje! A
continuación viajan hacia el sur, aprovechando la Corriente de las Canarias, para tomar
la Corriente Ecuatorial del Norte de regreso a casa. Como quien toma la AP-9, pero sin que le roben. En total, unos 15 000 km.
Esto quiere decir que tal vez muchas de las tintoreritas que nos encontramos por aquí tienen doble nacionalidad, norteamericana y española, de modo que ojo con maltratarlas, a ver si nos van a bombardear.
5.
Conclusión. No hagáis ni caso de noticias como esta, y menos cuando están
escritas en un tono tan infantiloide, sensacionalista y falto de rigor y ecuanimidad. Ni "plaga" ni "aguas infestadas de tiburones" (la redactora debería recibir un curso urgente de semántica), ni nada parecido... Eso sólo ocurre en las
malas películas que tanto nos gustan, no aquí. No hay razón para alarmarse.
En realidad, deberíamos sentir gratitud
—y orgullo— por tener la posibilidad de
contemplar, aquí mismo en nuestro océano, a una criatura de tan
extraordinaria belleza.
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Foto de Tony Meyer. |
>> Más noticias de avistamientos en
Una cría de tintorera en Corrubedo.
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(1) Véase por ejemplo Noticias antiguas de tiburones.