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martes, 19 de marzo de 2019

Ataques 2018

Tiburón blanco (Carcharodon carcharias). Foto: Mike Coots, Discover Sharks.
Hace unas semanas, el ISAF (Archivo internacional de ataques de tiburón) hizo público su informe anual, un documento interesante tanto para quienes amamos los tiburones como, sobre todo, para quienes los temen o los odian: sus estadísticas, claras y frías, demuestran la radical irracionalidad del miedo y del rechazo que estos magníficos animales provocan todavía en buena parte del público, incluso en países como el nuestro, en donde las vacas y los perros matan más personas y los petardos causan daños mucho más terribles.

     Y ya puestos, este informe debería ser de obligada lectura para algunos "periodistas", que no dudan en entregarse a la irresponsable estupidez de perpetuar la imagen del tiburón como un bicho malvado y sanguinario a cambio de una mayor cuota de audiencia (aunque dudo que la realidad pueda hacer mella en semejante falta de escrúpulos).
     En fin. Vamos, como siempre, a los datos.
     Fueron un total de 130 incidentes los analizados por el equipo de expertos del ISAF, de los cuales sólo 66 recibieron la calificación de ataques no provocados*... EN TODO EL MUNDO... una cifra muy por debajo de la media de los últimos 5 años, que se sitúa en 84. Los datos más relevantes son los siguientes:
  • 66 ataques no provocados. 22 menos que durante el año anterior.
  • 4 personas fallecidas. Una menos que en 2017. En Australia, EEUU, Brasil y Egipto. 
  • Distribución de los incidentes. EEUU, como siempre, fue el país más "atacado", si bien con un descenso considerable respecto del año anterior: 32 incidentes (representando el 48% del global) frente a los 53 del 2017 (60,2%). Y siguiendo la tradición, Florida es el estado donde se concentraron la mayoría de los incidentes (16), seguido de las dos Carolinas y Hawái, con tres ataques cada uno; Nueva York y Massachussetts, con tres, y California, Georgia y Texas, con uno por cabeza. De nuevo, dentro de Florida, Volusia fue el condado con más incidentes, pero con un descenso importante: tan sólo 4, frente a los 10 del año anterior.
         En Australia se registraron 20 incidentes, 6 más que en 2017. Su distribución, de acuerdo con el Australian Shark Attack File, es la siguiente: 9 en Nueva Gales del Sur, 7 en Australia Occidental, 3 en Queensland (uno de ellos mortal) y 1 en Victoria.
         En Brasil y Egipto se produjeron 3 ataques; 2 en Sudáfrica, y 1 en las Bahamas, Costa Rica, Galápagos, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda y Tailandia.
  • Tipología de las víctimas. Como siempre, los surfistas y practicantes de otros deportes de tabla son el grupo en el que se concentra la mayor parte de los incidentes (nada menos que el 53% del total), lo cual es lógico puesto que son quienes más tiempo pasan en el agua, y además en zonas tan sensibles como las rompientes.
         El 47% restante se distribuye entre bañistas y nadadores (el 30% de los incidentes), practicantes de snorkel y apnea (el 6%), submarinistas (el 5%); body-surfers (el 3%), y gente que realizaba otras actividades en aguas poco profundas (3%).

👉 CONCLUSIÓN Nº 1: MUY POCOS ATAQUES. Para ser tan sanguinarios, atacan y matan bien poco. ¿Será que los tiburones no son depredadores tan despiadados ni tan malvados como los pintan? Los datos hablan por si solos, ratificando las conclusiones de todos los años: millones de personas metidas en el agua a lo largo de millones de kilómetros de costa en todo el mundo durante millones de horas... y solo 66 accidentes y 4 personas fallecidas... son cifras tan insignificantes (evidentemente no así para los afectados y sus familias, pero esa es otra cuestión), que cualquier organismo relacionado con la salud y la seguridad públicas las firmaría con gusto si estuviesen referidas a cualquiera de las principales causas de muertes accidentales. En el año 2012, unas 372 000 personas murieron ahogadas en todo el mundo (579 en España), según datos de la OMS (ver informe aquí): cada hora de cada día murieron por esta causa unas 42 personas, casi la mitad menores de 25 años.
     Qué tozuda es la realidad, ¿a que si?

     Riesgos y tendencias bajos. Y por si estos datos no fuesen suficientes, un reciente trabajo** firmado por, entre otros, el propio director del ISAF, George H. Burgess, viene a corroborar, tras analizar el histórico de ataques en los 14 lugares del planeta con mayor número de accidentes entre 1960-2015, que los riesgos a nivel global son muy bajos, incluso en aquellas zonas más densamente pobladas, tanto por bañistas como por tiburones (el estudio se centra en las tres especies responsables de la mayoría de los ataques: el tiburón blanco, Carcharodon carcharias, el tiburón tigre, Galeocerdo cuvier, y el jaquetón toro, Carcharhinus leucas). Un dato curioso es que, a nivel global, el 85% de los incidentes no fueron mortales; porcentaje que se reduce a tan solo el 2% en el país donde más ataques se han producido, los EEUU, con 1215.

Tiburón tigre (Galeocerdo cuvier). Foto: Reinhard Arndt.

     Cifras en perspectiva. El siguiente gráfico muestra la evolución del número de accidentes no provocados desde que este blog comenzó su andadura.
Elaboración propia a partir de los informes anuales del ISAF.
Durante el 2012 se registraron 80 accidentes o ataques no provocados con 7 personas fallecidas. El 2013 fue el año con mayor número de víctimas: 75 accidentes y 10 fatalidades. Por contraste, al año siguiente, 2014, hubo sólo 3 muertos en 72 ataques. El 2015 trajo consigo un mayor contrapunto al 2013 al ampliar la brecha entre el número de ataques y el de fallecidos: el número de ataques se disparó hasta los 98 y fallecieron 6 personas. En 2016 se registraron 81 accidentes, 4 de ellos fatales; y en 2017 las cifras fueron de 88 y 5.
     ¿Qué más se puede decir?


👉 CONCLUSIÓN Nº 2: DEBEMOS CAMBIAR LA IMAGEN POPULAR DEL TIBURÓN. Los tiburones no son asesinos, no están ahí para devorar gente, no nos tienen rabia.
  • No les interesamos ni como aperitivo. Los tiburones muy raramente consideran a las personas vivas como comida. Los ataques con fines tróficos suponen, cuando se producen, una insignificancia dentro de un cómputo global ya de por si insignificante.
  • Ni tampoco como pasatiempos. A los tiburones tampoco les interesa lo más mínimo triturar carne de bañista ni siquiera para pasar el rato entre foca y foca (ni incluso cuando la persona está viva y aullando de dolor, tal como nos gusta ver en las películas). Los tiburones no torturan; eso es privilegio de los seres humanos.
  • En realidad, las personas no somos para ellos más que una curiosidad que de vez en cuando no está de más investigar... y la desgracia (para nosotros y, bien mirado, también para ellos) es que los tiburones no tienen manos.
Jaquetón toro (Carcharhinus leucas). Foto: Andy Murch.
Mm.
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*"Ataques no provocados": Se consideran "no provocados" aquellos incidentes en los que no ha habido ningún tipo de provocación por parte de las personas; es decir, no ha sido la víctima quien, consciente o inconscientemente, ha desencadenado el "ataque", por ejemplo al intentar tocar al tiburón, acosarlo, agarrarlo de la cola, etc. (este tipo de estupideces que cada vez vemos más en las redes sociales); o bien al tratar de liberar al animal de una red, extraerle un anzuelo, así como los diversos accidentes de pesca. Casos que, en su mayoría, deberíamos calificar como "defensas" por parte del pobre animal, y no como "ataques".
     Muchos de los supuestos "ataques" pueden ser producto de la curiosidad, y otros cuando la persona es percibida como una amenaza o un competidor potencial por una fuente de comida. De modo que, vistos desde la perspectiva del tiburón, podríamos considerar algunos de estos incidentes como "provocados"(el caso de los pescadores submarinos es particularmente controvertido). No es de extrañar que existan discrepancias entre los propios expertos a la hora de decidir si un ataque es o no es provocado, o incluso si realmente ha habido un ataque. Así por ejemplo, el Global Shark Attack File (Archivo global de ataques de tiburón) del Shark Research Institute, eleva a 6 la cifra de fallecidos el pasado año en ataques no provocados al incluir dos casos que no recoge el ISAF, ocurridos a pescadores submarinos: uno en Jamaica el 19 de septiembre y otro en Sonora, México, el 18 de diciembre, probablemente causado por un tiburón tigre (Galeocerdo cuvier). El ISAF reconoce sólo 5 ataques mortales: "Este año hubo cinco ataques mortales, cuatro de los cuales se confirmaron como no provocados".

**Stephen R. Midway, Tyler Wagner & George H. Burgess (2019). Trends in Global Shark Attacks. PLoS ONE 14(2): e0211049. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0211049.

2 comentarios:

  1. Estupendo artículo. Te echábamos de menos, Toño.
    Conciso y claro, y con la ironía justa.

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    1. Muchas gracias, Mónica. Es un placer contar con lectores como tú.
      Un fuerte abrazo!

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